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A partir de este tema, nos introducimos en el otro gran ámbito de estudio de nuestra asignatura, la Geografía. Como ya recordareis, el nombre de esta ciencia viene de Gea, la diosa madre de todos los dioses: la tierra, sobre la que todo esta dispuesto. Por ello, es la disciplina que se encarga de estudiar la configuración del espacio. La geografía estudia el espacio como esta configurado, pero también intenta explicar porque el espacio es tal y como lo vemos, cuales son sus usos y porqué se ha convertido en lo que podemos ver hoy. Abarca, por tanto, un gran campo de conocimiento y se apoya en multitud de ciencias auxiliares. Para facilitar su estudio, suele dividirse en dos grandes ramas: la geografía física y la geografía humana. Este año, trabajaremos únicamente la geografía física, el paisaje, por lo que deberemos profundizar en geomorfología y climatología. La Geografía como observación, como descripción y como la indagación de las causas y factores que caracterizan un espacio, es la que más se acerca a la realidad, pero, sin embargo, es posiblemente la menos conocida, ya que la mayoría, cuando pensamos en Geografía, pensamos en la Geografía escolar, la que todos relacionamos con los mapas. Desde pequeños aprender Geografía es conocer los topónimos, el nombre de los accidentes geográficos, las diversas fronteras humanas, o las grandes cadenas montañosas. Y si, estamos acostumbrados a manejar mapas, pero, la historia y el modo en el que la realidad se convierte en mapa, nos exige una detenida explicación de una ciencia auxiliar de la geografía: LA CARTOGRAFÍA. Esta ciencia será el eje conductor de nuestro primer tema de estudio geográfico, por ello hablaremos de - La Geografía y el Mapa - La representación en Cartografía - Las proyecciones cartográficas - Las coordenadas geográficas - El mapa topográfico Como referencia general os sugiero que echéis un vistazo (sobre todo para aclarar, mejorar y ampliar vuestros conocimientos cartográficos) a la estupenda guía de Fernando Aranaz del Río "Tu amigo el mapa", que el IGN pone a vuestra disposición en línea. La página del Instituto Geográfico Nacional (IGN) es una joya para quienes apreciamos la cartografía que os invito a visitar. LA GEOGRAFÍA Y EL MAPA Para los antiguos la Geografía también fue, como par nosotros, sinónimo de los Mapas. Desde pequeños estamos acostumbrados a pensar en la Geografía como esa disciplina escolar en la que consiste en memorizar topónimos, localizar ríos y mares, aprender los lugares, los geógrafos fueron reputados especialistas vinculados a los ejércitos y los servicios de inteligencia de reyes, naciones y e imperios. Conocer un espacio, describirlo y cartografiarlo, levantar cartas de él, fue una necesidad para dominar el territorio. Los mapas eran importantes, y quienes los hacían también, levantar mapas fue una ciencia reputada y secreta que permitía reconocer los puntos débiles del enemigo, los caminos que era preciso tomar para alcanzar los objetivos y desde luego poder resolver las necesidades de un ejército en marcha. Los viajeros, los comerciantes, los ejércitos en marcha, no se contentaban con pasar por los lugares, los describían y contribuían con sus descripciones a cartografiar esos lugares. Durante mucho tiempo la cartografía fue una ciencia de “oídas”, eran aquellas descripciones, las distancias que los viajeros decían recorrer, las que servían a los geógrafos para levantar mapas. Las zonas más transitadas, más cercanas, los propios territorios eran delicadamente cartografiados, con todo detalle, sin embargo las lejanas tierras a penas recibían referencias vagas que respondían a lo vago del conocimiento que se tenía sobre ellas. Los griegos fueron los primeros que intentaron cartografiar el mundo que conocían. Evidentemente era un mundo mucho más estrecho, un mundo que se circunscribía sobre todo al Mediterráneo y sus alrededores, un mundo que se hacía vago e inconsistente, según el cartógrafo se alejaba hacia los extremos de los cuatro puntos cardinales. La cartografía griega sin embargo puso las bases de toda la cartografía medieval que la imitó, y que utilizó aquella imagen del mundo que llegaba hasta los extremos de las conquistas de Alejandro Magno, al norte de los relatos de los viajeros, las legiones y los comerciantes, y al sur con el relato que del África sahariana y subsahariana llegaban a Europa desde las caravanas. A pesar de que los modelos griegos siguieron teniendo una importancia fundamental, la cartografía avanzó enormemente en la Edad Media, especialmente en la Baja Edad Media (a partir del siglo XIII). Primero los geógrafos musulmanes dieron su particular visión de la cartografía, e tomando los modelos griegos, establecieron cartas en las que la Meca y Medina, ocupaban la parte principal de su universo cartografiado. Esos mapas “del revés”, sirvieron también para completar informaciones sobre regiones que entonces los musulmanes dominaban y que habían queda sido menos atendidas por los cartógrafos helenos (griegos). A partir del siglo XIII la expansión del comercio, tanto el terrestre, a través de caravanas como el marítimo, creció de manera importante y de su mano la cartografía dio un salto. Los mapas eran esenciales para moverse con seguridad, las caravanas de la ruta de la Seda descubrieron el espacio al este de Mesopotamia y los portulanos hicieron detenidas referencias a los puertos y accidentes del Mediterráneo, ese mar que recuperó su valor como nexo de unión comercial entre ciudades y culturas distintas. Al norte, de la mano de los marineros flamencos y alemanes, se cartografío el Mar del Norte, el Báltico y las costas atlánticas, y portugueses y castellanos contribuyeron también a dar noticia del Atlántico y la costa africana, descubriendo islas como las Azores y las Canarias y uniéndolas a sus territorios. El siglo XV se conoce como el de los descubrimientos y de la mano de estos la cartografía daría un salto definitivo y fundamental, por primera vez los europeos salían más allá de ese entorno mediterráneo, los portugueses circunvalaron África y de su mano el perfil del continente pudo definirse. Más tarde llegaron a Asia y empezaron a dar cuenta de las costas indias y de oriente, que hasta ese momento no pasaban en la cartografía europea del golfo Pérsico. A finales del siglo el XV los viajes de Colón, abrieron un continente nuevo al conocimiento geográfico, aunque Colón valorase la importancia de su hallazgo, otros, como Américo Vespuccio, si lo hicieron y a partir de los viajes y expediciones organizadas por la corona Castellana comenzó a descubrirse la inmensidad de ese nuevo continente que llamamos América. A partir de aquí el mundo se hizo más amplio, se revisaron algunas ideas antiguas, parecía evidente que el mundo no era plano, Juan Sebastián Elcano logró circunvalarlo por primera vez en 1521, y lo que era evidente también, el mundo era mucho más ancho de lo que los propios griegos pensaron en su día. Esta anchura inmensa llevo a la necesidad de levantar cartografías nuevas, capaces de mostrar todas aquellas tierras recién descubiertas. El siglo XVI y el XVII de la mano también de un incipiente espíritu científico la cartografía se encamino a ser la ciencia que es hoy en día, una ciencia capaz de mostrar el mundo en su completa extensión, y un mundo hacerlo con un grado de detalles que hasta ese momento jamás se había dado. LA REPRESENTACIÓN EN CARTOGRAFÍA ![]() La cartografía intenta describir la un espacio pero en lugar de describirlo con palabras, tal y como hemos visto hasta ahora, lo traduce a términos gráficos. Cuando intentamos describir un lugar a menudo acudimos al dibujo para hacerlo, por ejemplo cuando hacemos un croquis. Los croquis que utilizamos para señalar el camino hacia algún sitio son el ejemplo más inmediato de mapa que encontramos. Todos hacemos este tipo de representación en alguna ocasión, en ellos destacamos las direcciones que hay que tomar, los puntos de referencia y los lugares de partida y de llegada. Se trata de representaciones de la realidad, por lo tanto no de la realidad en sí misma, son adaptaciones y simplificaciones que destacan unas cosas y dejan en el tintero otras. En la cartografía siempre sucede así, los mapas representan la realidad y para ello destacan unos elementos y obvian otros, a veces esta selección está determinada por lo que queremos representar. En otras se trata de la imposibilidad material de representar en un espacio limitado todos los elementos que podemos encontrar en el espacio real. Además de nuestros particulares croquis todos estamos familiarizados con representaciones esquemáticas del espacio como el plano del metro. Los planos del metro no recogen la realidad tal y como es pero sí mantienen una relación lógica y proporcionada con ella. Las direcciones, los sentidos, la posición de las estaciones…, pero otras como la distancia real entre las estaciones, o los recorridos de la líneas en todos sus vericuetos, quedan al margen. A pesar de ello quien ve el plano del metro de Madrid se hace una idea clara de las líneas y del modo de moverse entre ellas, que es al fin y al cabo el sentido final del mapa. Los mapas turísticos nos acercan de manera muy clara a esa idea de croquis de buena parte de la cartografía, en los mapas turísticos de las ciudades se destacan los monumentos, las carreteras o los restaurantes y hoteles, y sin embargo la atención a otros elementos, como los relieves, los cultivos, la vegetación o las líneas de electricidad. ¿El mapa es inexacto? ¿Parece incompleto?... pues según para qué. Evidentemente no nos permite hacernos una idea clara de la población, el tipo de viviendas o el callejero más específico, pero aparecen en él los principales elementos que precisamos para nuestra visita turística, qué visitar, dónde hospedarse y dónde comer. ![]() Las representaciones cartográficas siempre tienen una relación lógica (incluso como hemos visto nuestros croquis) con el espacio que representan, tanto en las dimensiones (ya sea por importancia o por su tamaño real), por las direcciones que destacan (lo que al norte se suele colocar en lo alto del plano, los giros y sentidos son coherentes con los reales, - si es a la derecha aparece así en el plano). La naturaleza de la representación impide que el espacio que representamos, una montaña por ejemplo, tenga el mismo tamaño en el mapa (tendría que ocupar una montaña entera) para ello hacemos una adaptación de las medidas, a la medida real corresponde una medida en los mapas y esta medida, evidentemente también es lógica. A esa proporción entre la realidad y lo representado lo llamamos escala y se suele considerar relacionando los centímetros en el mapa con los centímetros de la realidad. De ese modo sabemos la distancia y las dimensiones reales. Las escalas se utilizan en el modelismo como en la cartografía, si vemos un coche a escala, sabemos que responde al modelo real, pero que sus dimensiones son evidentemente más pequeñas. En los mapas ocurre del mismo modo. Un mapa 1:25.000 responde a la relación de un centímetro en el mapa son 25.000 centímetros en la realidad. ![]() LAS PROYECCIONES EN CARTOGRAFÍA Los mapas son representaciones de un espacio tridimensional (la realidad tiene tres dimensiones, pensad en las medidas de un armario, tiene alto, ancho y profundidad) que tienen que adaptarse a dos dimensiones (las pinturas, las fotografías o los mapas son bidimensionales, sólo tienen ancho y largo, la profundidad es un efecto óptico, un engaño). La representación de lo tridimensional en un marco bidimensional exige por lo tanto cierto engaño, cierta adaptación. Por otro lado está el hecho de que la realidad que intentamos representar, la Tierra, es esférica, y cuando tratamos de amoldarla a un mapa se nos deforma, como se deforma el dibujo pintado en globo deshinchado. Este problema se nos hace evidente cuando intentamos representar la Tierra entera, y es mucho menos importante cuando se trata de representar un espacio más pequeño. Los geógrafos se han enfrentado a este problema haciendo una traslación de la realidad al plano que se llaman “Proyecciones” y que sirven para adaptar la superficie esférica del planeta a la superficie plana de los mapas y los atlas. A lo largo de la Historia se han hecho diferentes proyecciones que tenéis a continuación. Unas y otras tienen una lógica y unas y otras producen una desviación, que se separa un poco de la realidad). Las proyecciones utilizan un modo de traslación de los puntos de la realidad a una superficie plana, como si se reflejase en una hoja o en un cristal y encontramos tres principales maneras. ![]() ![]() Cilíndrica (Mercator): La tierra se inscribe en un cilindro sobre el que se proyectan la superficie del planeta. El cilindro es tangente con la esfera del planeta en una línea (por lo general la línea del Ecuador) y eso hace que se produzca una deformación en las latitudes polares, tal y como podéis ver en la imagen. Cónica: En este caso se trata de construir la proyección como si colocáramos un cono sobre el planeta. En este caso la deformación se produce en los márgenes del cono, y dependerá de sobre qué espacio se coloque el vértice del mismo para alcanzar en esa zona una proyección más conforme a la realidad. Azimutal: Es como si la proyección la hiciéramos desde el centro de la tierra hacia fuera, y la proyectáramos sobre un plano. La deformación es similar a la cónica, alargando los perfiles en los márgenes. En todas las proyecciones se produce una deformación en las partes más alejadas del eje. Todas son conformes (responden a la realidad y de una manera matemática y geométrica) pero todas producen diferentes aberraciones. Lo importante es que conozcáis los efectos que tienen en la cartografía que manejamos y que comprobéis la importancia que tiene en la geografía el punto de vista del cartógrafo. Esta importancia de la subjetividad del cartógrafo se hace evidente cuando se selecciona un eje para hacer la proyección. Evidentemente el eje se selecciona por el interés del cartógrafo y esa selección privilegia unos espacios sobre otros. Si pensáis un poco en esto podéis observar como no podemos establecer un punto central en la superficie de una esfera, lo que hacemos es destacar nuestra mirada sobre un punto, sobre un espacio que entendemos central y a partir de ahí dibujar el resto del plano. La mayor parte de los mapas del mundo (mapamundis) que utilizamos tienen en su centro a Europa, esto es la consecuencia de que la cartografía que usamos tiene una especial consideración por nuestro continente, al fin y al cabo es el nuestro. Tradicionalmente y a consecuencia de que fue en Europa donde se desarrolló con más intensidad la cartografía, ha sido Europa el centro de los mapas. Sin embargo, los asiáticos o los americanos han hecho lo propio con sus continentes y en sus atlas, son sus continentes el centro de los mapamundis. Del mismo modo el que usemos la proyección de Mercator (la proyección cilíndrica que normalmente se usa en la cartografía escolar europea), tiene su lógica, puesto que en esta proyección quedan muy bien definidas y conformes las zonas entre el Ecuador y los círculos polares, por lo tanto la zona donde vivimos la mayor parte de los seres humanos y en especial nosotros los europeos. Otras proyecciones, como la de Peters provoca una aberración que nos extraña pues amplía las zonas tropicales y empequeñece las templadas, el resultado es que parece más destacado el espacio africano, o el iberoamericano que el europeo o el norteamericano. Evidentemente esta proyección goza de más predicamento en aquellas zonas que privilegia. Ninguna de ellas está “mal hecha”, simplemente destaca aquello que quien las utiliza o encarga estima que debe ser destacado.
LAS COORDENADAS GEOGRÁFICAS ![]() Las coordenadas geográficas son una trama de líneas imaginarias que la cartografía utiliza para localizar cualquier punto sobre la Tierra. Las coordenadas geográficas son la latitud y la longitud. - La latitud viene definida por los paralelos, que son líneas imaginarias que marcan planos perpendiculares al eje de la Tierra. Los paralelos se miden a partir del Ecuador, el paralelo que divide la tierra en dos hemisferios iguales y al que se le da el valor 0º. Otros paralelos importantes son los que señalan los trópicos de Cáncer o Capricornio o los que señalan los círculos polares. - La longitud es la otra coordenada geográfica y está determinada por los meridianos. Los meridianos son círculos máximos que pasan por los polos. El meridiano 0º es el que pasa por el observatorio inglés de Greenwich. La latitud y la longitud son referencias angulares y por lo tanto se miden como los ángulos en geometría en grados, minutos y segundos. La principal utilidad de las coordenadas es la de servir para localizar y definir cualquier punto en el planeta. El modo es el mismo que utilizamos en el tradicional juego de los “barquitos”, dando la referencia horizontal (los paralelos) y la vertical (los meridianos), cruzamos dos líneas en un punto, precisamente el que intentamos localizar. La forma de localizar un punto debe recoger los grados del paralelo en el que está situado y los grados del meridiano y además señalar la referencia cardinal (los puntos cardinales), si se trata de un punto en el hemisferio norte o en el hemisferio sur y si está al este o al oeste del meridiano de Greenwich. De este modo las referencias son del tipo 40ª 38’ 23’’ Norte y 4º 2’ 13’’ Oeste. El punto está definido por esas dos líneas, el paralelo y el meridiano que se cruzan en ese punto. Siempre tenemos que señalar si la latitud es norte o sur (del Ecuador) y si la longitud es este u oeste (del meridiano 0º) Hoy en día la generalización de la técnica de los GPS permite lograr localizaciones muy precisas que siguen utilizando las coordenadas geográficas tradicionales para definir puntos. Si consultáis los GPS de cualquier coche o las utilidades de localización de algunos móviles podréis hallar referencias a las coordenadas geográficas. Los GPS utilizan como referencia fija la localización de una serie de satélites en órbita terrestre y son capaces de localizar cualquier punto a partir del conocimiento cierto de la localización exacta de los satélites que lo hacen posible. En cualquier caso posteriormente esta localización es traspasada al formato de latitud y longitud que conocemos. EL MAPA TOPOGRÁFICO El mapa topográfico es el mapa por excelencia. Por un lado sirve de base a otros mapas especializados, los geológicos, los de vegetación, de cultivos. Pero sobre todo es un mapa donde están reflejados de manera gráfica la mayor parte de los elementos que podemos observar en un territorio determinado. Evidentemente las informaciones que un mapa topográfico puede recoger vienen determinadas por la escala, cuanto menor es la escala los detalles que aparecen en el mapa son más numerosos. El mapa topográfico tiene como fundamento la descripción del relieve y para ello se sirve de las “curvas de nivel”. Las curvas de nivel son líneas que unen puntos que tienen la misma altura y en las hojas topográficas, en función de su escala, aparecen separadas por un número de metros determinado, de 10 en 10, de 20 en 20…. Cuanto más cerca están las curvas unas de otras la pendiente es más intensa y cuando están más separadas la pendiente es más suave. Los mapas topográficos recogen muy variadas informaciones, cada información tiene un color determinado, a los colores en las hojas topográficas los llamamos tintas. Por ejemplo en tintas marrones se dibujan las curvas de nivel, en tintas rojas, las carreteras o las construcciones humanas, en negro las fronteras, las vías de ferrocarril o las eléctricas, en tinta verde la vegetación y en azul las masas y corrientes de agua, ríos, mares, lagos, arroyos, fuentes… En ocasiones también se sombrean las vertientes sur para marcar de una manera más clara los relieves, y se hace en un suave color gris, en cualquier caso esto es algo mucho menos frecuente. Los Servicios Geográficos Nacionales, son los responsables de levantar (levantar es diseñar y dibujar un mapa) los mapas. En España esa tarea la hace el Instituto Geográfico Nacional (IGN) (os recomiendo visitar su web., además de información sobre terremotos, por ejemplo, tiene una serie de colecciones cartográficas estupendas que pueden consultarse en la red). El IGN tiene una colección de mapas topográficos en escala 1:50.000 (son la base de toda la cartografía nacional), que recogen la superficie de toda España. A una escala mayor el IGN recoge todas las comunidades y provincias de España en escala 1:200.000 y por debajo la mayor parte de las hojas de 1:50.000 están divididas en cuatro hojas de 1:25.0000, que son las más detalladas de las que normalmente podemos utilizar. Todas las hojas topográficas están numeradas, sobre un mapa de España, el IGN ha trazado una cuadrícula que recoge toda la superficie española y la divide en 1.106 hojas. A cada hoja a parte de su número se le da un título, un nombre que coincide con la población principal que aparece en la hoja. Así por ejemplo tenéis la hoja 508-Cercedilla, que es como se suelen pedir si es preciso conseguir un mapa de una zona concreta. Además del nombre y del número de la hoja, en el mapa aparece un croquis de su posición general en el mapa topográfico nacional. Cuando abrimos el mapa nos encontramos con todas las informaciones que nos permiten orientarnos con él y conocer el espacio representado. Aparece por ejemplo en su margen derecho un croquis con los municipios que recoge la hoja, y todas las informaciones sobre la localización de la hoja que encontramos en la portada del mapa cuando lo tenemos doblado. No obstante las más importantes informaciones están en el propio mapa. Si observamos los márgenes encontramos una regleta ajedrezada en blanco y negro que nos indica en el marco horizontal la longitud (el meridiano) y el vertical la latitud (los paralelos). Esta regleta nos serviría para localizar un punto en el mapa y dar sus coordenadas geográficas. Justo en el centro y abajo del mapa encontramos una regleta más grande que indica gráficamente la escala (con una regleta ajedrezada similar) y también la escala de manera numérica (1:50.000 o 1:25.000). Por debajo de ellas hay una referencia a los cambios en el norte magnético (en los que no vamos a entrar), y a sus lados o debajo la Leyenda. Llamamos leyenda al resumen que en los mapas se hace de todos los símbolos que aparecen en él. En la leyenda se traducen (por así decir) las referencias gráficas del mapa a su significado real, por ejemplo se nos dice que unos árboles verdes en pico, se refieren a bosques de pinos, o que un círculo azul con un pequeño flagelo es una fuente. También aparece la relación entre la población de cada una de las localidades y el tamaño de la rotulación del nombre. Cuanto más grande es una población el nombre con el que aparece en el mapa es más grande. Observando un mapa topográfico podemos sacar muchísimas conclusiones, tanto sobre su relieve, como incluso sobre su clima (la vegetación que aparece, los cultivos, o los cursos de agua), la población, la ocupación del territorio (como el hombre aprovecha ese espacio geográfico)… Sin duda el mapa topográfico es una de las herramientas más importantes para el conocimiento de un territorio concreto. ![]() |