partes habladas y partes cantadas. Sólo se representaban, a cargo de erario público, en ciertas fiestas y la entrada era gratuita.
La fabula palliata tenía una estructura formal tomada de sus modelos griegos y, aunque no siempre encontramos la misma estructura, podemos distinguir en ella las siguientes partes:
-Didascalias : son obras de los gramáticos posteriores, en ellas se consignan el nombre del autor, titulo de la obra, datos sobre la fecha y circunstancias de su estreno. Igualmente se recoge el nombre de la obra griega utilizada como modelo y el de su autor. No siempre han existido o se han conservado; todas las obras de Terencio se nos han transmitido con su didascalia correspondiente, sin embargo la mayor parte de las comedias de Plauto carecen de ellas.
- Argumento : es un resumen de la obra realizado también por los gramáticos posteriores.
- Prólogo: exposición del argumento a cargo de un actor o de un personaje simbólico. Los prólogos de las comedias latinas son una magnífica fuente de información sobre el teatro de s. II a. de C. Los prólogos de Plauto son joviales, pretenden divertir y, además de su carácter expositivo, incluyen chistes y advertencias jocosas a los espectadores. Los prólogos de las comedias de Terencio tienen una mayor profundidad y contienen la réplica del autor a los ataques de que era objeto; dada la importancia de los prólogos en las obras de Terencio, volveremos sobre ellos al ocuparnos de su autor.
- Diálogo o diverbia : partes dialogadas en verso.
- Cantica : parte del texto de las comedias que se cantaba con acompañamiento de flauta. En el teatro de Plauto, como veremos más tarde, estas partes cantadas tienen un amplísimo desarrollo.
Los autores romanos utilizaron la forma griega para acentuar lo que en la comedia más se aproximaba al gusto de los espectadores romanos: las situaciones equívocas, los dobles sentidos, la parodia, etc. Se produjo, no obstante, cierto sentido una latinización de la comedia que culmina cuando se ponen en escena tipos y costumbres de la vida cotidiana de Roma, surgiendo así la fabula togata.
II. AUTORES
Los principales representantes de la comedia latina fueron Plauto y Terencio.
TERENCIO: de origen cartaginés, llegó a Roma como esclavo y fue comprado por el senador Terencio Lucano que después lo manumitió y le dio su nombre según la costumbre. Consiguió entrar en el círculo de influencia de los Escipiones, murió joven. De él sólo se conocen las seis comedias que se nos han conservado completas: Andria (la muchacha de Andros), Hecyra (la suegra), Heautontimorumenos (el atormentador de sí mismo), Eunuchus (el eunuco), Phormio (Formión) y Adelphoe (los hermanos).
Las comedias de Terencio tal y como nos han llegado incluyen antes de los cinco actos una didascalia (conjunto de notas que aportan información adicional sobre el autor, el título original griego, los personajes, el lugar y fecha de representación…) y una períoca (resumen del argumento en doce versos) pero ninguna de las dos cosas fueron añadidas por Terencio sino que son muy posteriores. Lo que sí añadió Terencio son los prólogos que a diferencia de los de Plauto no estaban destinados a agradar al público sino que los utilizó como un medio para la reflexión literaria o de propaganda de sus métodos de reelaboración de los modelos griegos.
Las comedias de Terencio también se diferencian de las de Plauto de la intención pues Terencio no busca la risa fácil de su público sino que intenta educar, su tono es más solemne y su vocabulario más cuidado tal vez por eso Terencio no tuvo tanto éxito como Plauto. Aunque los personajes son los mismos, Terencio no rompe la jerarquía social, sus esclavos respetan a los amos, los padres se preocupan por sus hijos…
Por otra parte, y a diferencia de Plauto, Terencio no se permitió romper la ilusión escénica, dirigiéndose directamente al público. Mostró también predilección por las reflexiones y observaciones, y a menudo adoptó el tono de los proverbios.
(Añadir lo visto en el epígrafe anterior a propósito de calzado, vestimenta …)
1.3. Plauto. Características generales de su obra. Principales obras.
T. Maccio Plauto nació en Sársina, pueblo del N. de la Umbría, hacia el año 254 a.C., poco después de ser sometida esta región por Roma.
La espontaneidad con que manejó el latín permite suponer que llegó probablemente a Roma en su niñez. Allí aprendió también el griego y adquirió una sólida cultura, manifestada en sus obras.
En su juventud halló probable mente una ocupación relacionada con el teatro, en la que ganó algún dinero, que perdió después en el comercio marítimo. Se dice que, reducido a una extrema pobreza, tuvo que trabajar en un molino.
Ahora bien, no debe tomarse al pie de la letra la expresión molam circumagere, "hacer girar la piedra del molino", que pasó de Varrón a Aulo Gelio y que, en sentido figurado, expresaba una situación de suma indigencia.
Sin embargo, superadas tales dificultades, se dedicó a componer sus hilarantes comedias. Las tres primeras alcanzaron el éxito y, a partir de entonces, durante 40 años, hasta su muerte, acaecida en el año 184 a.C., siguió componiendo comedias, cuyo número exacto es imposible precisar, ya que algunos escritores de su tiempo aprovecharon el gran prestigio de que gozaba Plauto para presentar, bajo el nombre de éste, sus propias creaciones, de suerte que se le atribuían unas 130 comedias. Basándose en un análisis concienzudo de su lengua y estilo y en el testimonio del propio Plauto, Varrón, crítico del s. I a.C., fijó en 21 comedias, todas ellas palliatae, la lista definitiva de sus obras auténticas.
Salvo en Amphitruo, Plauto tomó los temas de sus obras de la Comedia Nueva ática, ya que la Comedia Antigua, llena de alusiones a personas y acontecimientos políticos griegos, resultaría incomprensible para un público romano, distinto, en el espacio y en el tiempo, al público al que fueron destinadas. Además, las leyes romanas no permitían las invectivas personales o políticas. Así que aunque la acción tiene lugar en Grecia o en tierras helenizadas, los personajes hacen alusiones al Capitolio o al Velabro, juran por divinidades latinas, hablan de auspicios y de legiones y practican los mismos usos y costumbres que los espectadores romanos.
El público bullicioso de Plauto, poco ilustrado generalmente, exigía la exposición minuciosa del argumento de la obra, así como determinar el lugar en que transcurre la acción. Durante la representación había que pedir con insistencia que se guardara silencio y, si se corría la voz de que en otro lugar se celebraba un espectáculo de saltimbanquis o de gladiadores, el teatro quedaba desierto. Por estas razones, para cautivar la atención de este público tan volátil, el poeta debe acumular escenas y más escenas llamativas, episodios inútiles, sin preocuparse de su mayor o menor coherencia dentro de la obra.
Plauto cita a veces en el prólogo al autor e incluso el título del original griego utilizado. Servirse de una obra antigua formaba parte de la forma de concebir la literatura la literatura, respetar la tradición y dotar de autoridad a toda creación nueva.
Algunas novedades que aporta Plauto:
- Plauto inserta el canto y la mímica de la danza, no ya en intermedios independientes, como sucedía en las Comedias Media y Nueva áticas, sino incluso a lo largo de la acción, creando así una verdadera ópera cómica, en la que el elemento musical predomina sobre el coreográfico y el recitado.
-La enorme variedad de metros para señalar para marcar los distintos ritmos de las escenas y los personajes.
-La eliminación de la cuarta pared. El público queda incorporado a la escena y cobra una posición omnisciente sobre los personajes y la trama de la obra
-El metateatro cuando se recuerda al público que aquello es teatro y está sujeto aun marco ficticio de actuación
-La mezcla de géneros, con la puesta en escena de los personajes de la tragedia como en Anfitrión a la que denomina tragicomedia-
-La introducción de personajes romanos en un mundo de ficción griego.
Pero lo más peculiar del arte de Plauto es el hábil manejo del lenguaje, capaz de adaptarse a los más diversos afectos y a la más variada condición de los personajes. Estos hablan sin tregua, con una locuacidad llena de colorido, de juegos de palabras, de chistes, de retruécanos y de expresiones callejeras, vulgares y a menudo obscenas.
Para expresar la ira emplea infinitas expresiones de tipo plebeyo. El amor le sugiere madrigales, serenatas y deliciosas elegías. El parásito suelta una catarata de nombres de manjares. El soldado fanfarrón inventa nombres y más nombres de lugares geográficos reales o imaginarios; los esclavos astutos imaginan toda clase de palabras aptas para sacarle dinero a uno o simplemente burlarse de él. El lenguaje plautino, puro, rico, vivo y popular, es una fuente inagotable de la que manan los vocablos usados en el arte de la guerra, de la política, del comercio, del derecho, de la caza, de la cocina y de los demás aspectos de la vida cotidiana. A ello se suman las figuras retóricas, metáforas, aliteraciones, asonancias, paronomasias, derivados y compuestos cómicos, etc.
De este fabuloso lenguaje, capaz de expresar las ideas de la gente vulgar, dijo un poeta antiguo: "Si las Musas hubieran tenido que hablaren latín, habrían usado la lengua de Plauto".
Varrón considera a Plauto insuperable en los diálogos y le atribuye la composición de su propio epitafio: "Desde que la muerte sometió a Plauto, la comedia está de luto, el escenario está desierto, la Risa, el Juego, la Broma y los ritmos infinitos están llorando juntos".
Peculiaridades de lengua y estilo. La lengua de Plauto es el signo más característico y original de este autor, ofrece numerosos rasgos procedentes de la lengua popular:
Abundancia de fórmulas típicas de las conversaciones.
Abundancia de interjecciones, exclamaciones, fórmulas de juramento y maldición, imprecaciones, amenazas, insultos …
Abundancia de diminutivos, que son utilizados para expresar simpatía, afecto, ternura y para conseguir efectos cómicos.
Hipérboles increíbles y redundancias.
Construcciones sintácticas relajadas, pronunciaciones poco cuidadas o descuidadas, arcaísmos en general, fruto de la rapidez y espontaneidad del diálogo.
Fecundidad de su léxico.
Abundante uso de palabras griegas que, además de ser reflejo del alto grado de penetración de la lengua griega entre las clases populares de Roma, se utiliza con fines cómicos.
Gran número de refranes.
Reflexiones jocosas con apariencia filosófica.
Pero su aspecto más característico es el inmenso arsenal de recursos cómicos basados en el lenguaje: creación de palabras cómicas, y nombres propios de personajes, adaptados al carácter y al papel del que los lleva; abundancia de equívocos, ambigüedades, juegos de palabras, chistes, agudezas, expresiones cómicas o extravagantes, parodias de mitos y situaciones trágicas, etc.
A todos estos rasgos tomados de la lengua popular se añaden también recursos retóricos procedentes de la vieja prosa y poesía latina que producen un estilo barroco, hinchado y rimbombante.
La finalidad última del teatro plautino es divertir: pretende conseguir un efecto cómico en cada escena, aunque para ello tenga que sacrificar la lógica interna de la acción. Para lograr el efecto cómico deseado no le importa al autor caer en contradicciones, anacronismos e incongruencias; la caracterización de los personajes es a veces extravagante y las situaciones se alargan frecuentemente más allá de lo verosímil. Todo ello contribuye a dar a las comedias de Plauto un carácter fantasioso que es su principal virtud y que las convierte en intemporales.
Plauto es un hombre de su tiempo, conforme con el sistema, no es un revolucionario social, de tal forma que si en sus obras aparece el esclavismo, un padre tiránico o algún tipo de injusticia social o laboral es únicamente para caracterizar personajes y repetir tópicos que l público espera.
Personajes típicos de las comedias de Plauto:
•La cortesana aduladora de modales finos, ávida y hábil ( con capa amarilla para indicar su avaricia)
•El esclavo ingenioso y ágil de mente y cuerpo, motor y centro de la mayor parte de las acciones de las comedias con sus mentiras y trucos; desafía los golpes y los tormentos, al servicio de los amores de su joven amo, al que se complace en torturar con cierta complacencia. El esclavo es el personaje clave de la comedia de Plauto: seguro de su éxito, llega hasta el heroísmo y el desinterés. Viste traje corto.
•El viejo (a veces es un viejo verde, que viste de blanco).
•El padre (antiguo calavera, pero en la actualidad severo y adusto, o que a veces, rivaliza con su hijo por el amor de una cortesana), con ropa talar.
•El parásito, que trata de llenar su estómago adulando (y viste una capa plegada)
•La jovencita modesta, con ropajes pudorosos.
•El militar fanfarrón, que sueña batallas en las que nunca ha estado, y que viste clámide púrpura.
•El traficante de esclavos, con traje de tonos multicolores: su astucia, brutalidad, avaricia, su cínica deshonestidad hacen de él el adversario y la víctima del esclavo.
•El cocinero de alquiler, provisto de algún instrumento culinario.
•El joven amo casquivano, libertino y despilfarrador, que terminaarruinando a su padre (con ropas que contrastan entre sí en color), siempre pensando en obtener los favores de una cortesana, o en diversiones, para las que requieren la ayuda inestimable del esclavo.
•La matrona.
•La alcahueta, que lleva una cinta de color rojo brillante alrededor de la cabeza.
ALGUNAS OBRAS DE PLAUTO
Aulularia (La comedia de la ollita)
Un viejo ciudadano ateniense llamado Euclión, que vive de manera muy pobre con su hija Fedria y su vieja sirvienta Estáfila, ha encontrado un tesoro oculto y sufre el constante terror de que alguien descubra su secreto. No sabe que Fedria fue ultrajada por un joven de la vecindad; de esto nos enteramos por el prólogo, dicho por el Lar familiar, quien añade que el tío del joven (ignorante también dela situación de Fedria) va a pedir a Eucluión la mano de su hija. Se nos da luego una vívida pintura del lamentable estado de permanente sospecha en que se halla Euclión. Cuando su vecino inmediato, el rico Megadoro (tío del culpable Licónides), viene a pedir la mano de Fedria, Euclión recela en seguida que lo hace porque ha olido el tesoro; da sin embargo su consentimiento con la condición de que Megadoro no espere que Fedria lleve dote. Durante la ausencia de Euclión llegan los cocineros enviados por Megadoro y se disponen a preparar el almuerzo de bodas en su casa. Cuando Euclión vuelve, los echa y se apresura a buscar otro lugar donde ocultar su tesoro. Lo espía el esclavo de Licónides, que al final se las ingenia para desenterrar el tesoro; cuando Euclión descubre la pérdida, cree enloquecer de desesperación. Licónides, que ha llegado a admitir el ultraje hecho a Fedria y a manifestar su deseo de repararlo, se imagina que la pena de Euclión se debe al conocimiento de la situación de aquélla. Por último se despeja el equívoco; Licónides recobra el tesoro que quita a su esclavo, Euclión consiente en el casamiento de Fedria y Licónides, y aparentemente entrega el tesoro como regalo de bodas, con lo que alcanza finalmente alivio y tranquilidad de espíritu.
Menaechmi (Los Mellizos)
Dos hermanos gemelos han sido separados en su infancia: Menecmo I, raptado y llevado a Epidamno, tuvo la buena suerte de que se le hiciera heredero de un anciano adinerado, que luego murió; Menecmo II, que creció y se hizo hombre en su nativa Siracusa, emprendió la búsqueda de su hermano, y acaba de llegar a Epidamno con su esclavo Mesenio. El exacto parecido de los hermanos conduce a una “comedia de equívocos” que amenaza tener serias consecuencias; al final los hermanos se encuentran y todo se explica.
Captivi (Los cautivos)
El argumento se basa en al historia del anciano Hegión, cuyo hijo cae prisionero en una batalla cuando ya hacía años que había perdido a su otro hijo, raptado y vendido por un esclavo fugitivo. El anciano se dedica entonces al comercio de esclavos, con la esperanza de poder hallar al hijo esclavizado. Un día compra un esclavo que es precisamente su hijo, cosa que ignora, pero ese hijo-esclavo urde con su amo una estratagema para conseguir la libertad, para lo cual deben intercambiar vestido y personalidad, de modo que el fingido esclavo pueda volver a su patria a por dinero para el rescate de los dos. De momento el hijo-esclavo sigue en cautividad, pero el aún presunto extranjero regresa con el segundo hijo que había caído prisionero y con el esclavo fugitivo que le había vendido al niño. Esta obra se caracteriza por su marcado aspecto de fábula moral: no hay obscenidades, no hay papeles femeninos, no hay figuras picarescas.
Miles Gloriosus (El soldado fanfarrón)
Pirgopolinices (literalmente “el vencedor de muchas fortalezas”), un “capitán fanfarrón” vano, enamoradizo, ha logrado la posesión de Filocomasia, amante del joven ateniense Pléusicles, y también ha comprado a Palestrión, el esclavo de Pléusicles al cual habían apresado los piratas. Palestrión se las ha arreglado para enviar un mensaje a Pléusicles, quien ahora vive en la casa de su amigo Periplectómeno, vecina a la del capitán. Abriendo un agujero a través de la pared medianera, Palestrión ha logrado que los amantes puedan encontrarse secretamente. Por desgracia, otro esclavo del capitán fisgonea a través de la abertura del techo y ve a Filocomasia en la casa de al lado; hay que persuadirlo de que la muchacha que ha visto es en realidad la hermana gemela de Filocomasia, hazaña que se logra mediante la utilización del pasaje secreto y la habilidosa actuación de la muchacha en su doble papel. Finalmente Pirgopolinices se ve llevado a perder interés en Filocomasia, al enterarse de que la mujer de su vecino está enamorada de él, permitiendo a aquella partir con un supuesto “capitán de barco” (que es en realidad Pléusicles disfrazado de marino), quien pretende haber sido enviado por la madre de la muchacha. En tanto el capitán, en pos de su nueva intriga, entra en la casa de su vecino, donde lo atrapan y lo amenazan con el bárbaro castigo a que estaban expuestos los adúlteros cuando se los descubría: la emasculación. Cuando su cobardía queda bien de manifiesto, recibe un despreciativo perdón. Los brillantes rasgos del estúpido capitán, su hábil parásito y el afable solterón Periplectómeno, así como el vigor de la obra como conjunto, compensan ciertas improbabilidades y debilidades, tales como la extraordinaria ignorancia por parte del capitán respecto de la situación doméstica de su vecino y el hecho de que los dos temas centrales (la triquiñuela del pasaje secreto y la del mensaje fingido de amor) parecen tener poco que ver uno con otro.
PLAUTO EN LA POSTERIDAD
Todos los grandes escritores latinos, salvo Horacio, muestran su admiración por Plauto, especialmente en la época arcaizante. Cicerón dice que los personajes de este poeta se expresan con tal naturalidad, que a veces es casi imposible hallar la medida de sus versos.
La inagotable variedad de su vocabulario ha propiciado la aparición de múltiples glosas y comentarios. De sus obras se han hecho numerosas adaptaciones. Las situaciones, tramas y caracteres típicos de las obras de Plauto reaparecen en Boccaccio, Ariosto, Aretino, Shakespeare, Moliere, etc.
Las comedias de Plauto suscitaron vivo interés en el Renacimiento, tanto en Roma, como en diversas cortes italianas.
En España ejercieron notable influencia las versiones al español y las adaptaciones italianas en autores como Bartolomé de Torres Naharro, Lope de Rueda y Juan de Timoneda.
En la Universidad de Salamanca sus comedias se representaban en latín y, desde el año 1574, se limitó la representación de comedias latinas a la de las obras de Plauto y Terencio.
Ejerció Plauto cierta influencia en Calderón de la Barca; en cambio, Lope de Vega muestra su aversión al comediógrafo latino.
En Inglaterra influyó especialmente en Shakespeare y, en Francia, en Molière y en Jean Giraudoux.
En la actualidad, las comedias de Plauto, traducidas a las lenguas modernas, figuran en el repertorio de las representaciones de obras del teatro clásico. Siguen representándose, en el texto original latino, en teatros universitarios y de ensayo. En Alemania, en los Ludí Latinice Freising, en la Universidad Autónoma de Berlín, en Francfort, Münster y otras ciudades.
Richard Lester, psicólogo, músico y director de cine estadounidense fue uno de los cineastas más influyentes en los años 60.
Sus obras frecuentemente están realizadas con un punto de comicidad al más puro estilo inglés. Entre sus cintas de humor más logradas destaca especialmente Golfus de Roma, una desenfrenada comedia musical que recurre a los textos escritos por el comediógrafo latino Plauto como punto de referencia para desarrollar su argumento.
GOLFUS DE ROMA. ARGUMENTO. Un astuto esclavo, mentiroso, perezoso, ocurrente y tramposo descubre que el hijo de su amo está enamorado de una joven virgen. El esclavo le ofrece su ayuda al joven para conquistar a la doncella si a cambio le concede la libertad. Pero los amoríos se ven obstaculizados por asombrosas sorpresas, ingeniosos disfraces y una alocada carrera de cuádrigas.
Dirigió las dos primeras películas musicales de los Beatles, A Hard Day's Night y Help!. A pesar de coincidir en tiempo y espacio con el Free Cinema británico, Lester, que desarrolló su carrera inicial en Inglaterra, se mantuvo al margen de esta corriente cinematográfica. Su trayectoria artística se dirigió hacia el cultivo de géneros diversos, como la comedia, Petulia, el cine de catástrofes, El enigma se llama Juggernaut, o el género de aventuras, Los tres mosqueteros y Los cuatro mosqueteros. También filmó dos películas de la saga Superman. No obstante, Robin y Marian es la obra más lograda de este director. Se trata de una nueva e inspiradora revisión de la leyenda de Robin Hood y Lady Marian interpretada magistralmente por Sean Connery y Audrey Hepburn. Fue miembro del Festival de Cannes en 1966.
GOLFUS EN ROMA
MÁSCARAS
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