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Midiendo la evolución cultural: El SudoestePor casi 100 años las investigaciones arqueológicas del Sudoeste han establecido la utilidad de la arquitectura para identificar grupos sociales, especialmente grupos de residencia. Muchos arqueólogos de los grupos Anasazi reconocieron que la arquitectura resultó de la necesidad de los grupos sociales y, por lo tanto, fue un reflejo físico de tales grupos. Notaron que en los grandes pueblos las habitaciones y las kivas no estaban asociadas al azar, sino que estaban compuestos de unidades más pequeñas (Bandelier, 1884; Brew, 1946; Fewkes, 1919; Haury, 1958; Mindeleff, 1900; Morley, 1908; Prudden, 1903, 1914; Roberts, 1939; Roys 1936). Las recientes identificaciones de la arquitectura de grupos sociales formalizaron la metodología, enfatizando la importancia económica de los grupos identificados e intentaron aplicar la aproximación fuera del área Anasazi. Rohn (1971) y Dean (1969) continuaron expandiendo los conceptos básicos de Prudden, concentrándose en las relaciones de acceso y dendrocronología. Estos autores percibieron estas agrupaciones como económicamente importantes y demostraron la correlación entre las unidades arquitectónicas y las áreas de actividad doméstica. Más recientemente, Wilcox (1975, 1976) formalizó muchas de las suposiciones básicas involucradas en tales análisis. Finalmente, Doyell (1974), Wilcox y Shenk (1977), y Wilcox et al. (1981) han intentado expandir esta metodología aplicándola a los sitios Hohokam. No todos los edificios prehistóricos fueron el producto de una corporación de grupos diferentes. Muchos claramente fueron construcciones de instituciones. Estos grupos construyen unidades arquitectónicas para albergar sus actividades y/o para simbolizar su existencia. Los arqueólogos han reconocido a una variedad de estructuras como la representación material de tales instituciones, tales como kivas, grandes kivas, canchas de pelota y grandes casas. Aislando a los grupos de residencia y a las instituciones se obtienen las unidades para medir la heterogeneidad y la desigualdad. Habiendo identificado las unidades discutiré ahora qué características de esas unidades reflejan cambios en la heterogeneidad y en la desigualdad. Para la heterogeneidad, es necesario considerar los tres procesos de cambio estructural discutidos con anterioridad. Para la desigualdad, es necesario discutir cómo la arquitectura podría reflejar el control diferencial de la riqueza. La cantidad de niveles jerárquicos en un caso arqueológico se puede medir examinando las relaciones jerárquicas de los grupos de residencia corporativos. Como reconocieron Prudden y Fewkes, los sitios arqueológicos consisten en unidades arquitectónicas relacionadas jerárquicamente. La unidad mínima sería la unidad doméstica (household) que consiste en una habitación o casa pozo con un fogón y habitaciones para almacenamiento, estructuras y áreas de actividad asociadas. Esto es lo que Winter (1976) denominó como household cluster (conjunto doméstico). Tales unidades domésticas pueden ser agrupadas en unidades más amplias que corresponden a la unidad Pueblos de Prudden, a las unidades con patio (courtyard units) de Rohn (1971) y a las unidades de plaza y habitaciones (plaza y room units) de Doyell (1974). Tales unidades pueden representar una aldea como en la unidad pueblos de Prudden, o pueden estar combinadas para formas aldeas (un tercer nivel de jerarquía) (Figura 3.5). En algunas regiones -que incluyen el Cañón Chaco, la cuenca de Gila-Salt, y Casas Grandes- estructuras como caminos y sitios únicos brindan evidencia de organizaciones interregionales de un 4º o 5º nivel jerárquico por encima de la aldea. Todos los ejemplos de arriba se refieren a un tipo de parámetro nominal, grupos de residencia. Tales grupos probablemente correspondan a grupos de parentesco y representen una línea de desigualdad en una sociedad. La existencia de edificios que no alojan grupos de residencia corporativa indica la presencia de tipos adicionales de parámetros nominales, y concurrentemente, potenciales jerarquías adicionales. Los parámetros independientes surgen en gran parte debido a la existencia de instituciones separadas de los grupos de parentesco. El establecimiento de instituciones, tales como las “sociedades de payasos” (clown) de Keresan o la burocracia del Reino Medio de Egipto crean líneas de intersección de relaciones entre grupos de residencia corporativos. Estas instituciones requieren la construcción de espacios para albergar sus actividades y más individuos en la institución requieren una mayor cantidad de espacios construidos para albergarlos a ellos. La mayor importancia de tales instituciones resultaría en un incremento en la proporción de espacio construido no-residencial versus espacio construido residencial. El proceso de incremento de independencia de parámetros destruiría a larga los patrones arquitectónicos del grupo de residencia corporativo dado que, a medida que la vida de los individuos se centra cada vez más alrededor de las instituciones en lugar que alrededor de los grupos de parentesco, ellos definen cada vez más su residencia en términos de su pertenencia a instituciones y no a sus lazos de parentesco. Este deterioro del patrón de residencia prácticamente no aparece en los niveles de heterogeneidad normalmente encontrados en la prehistoria del Sudoeste. Estas relaciones arquitectónicas proveen medidas para cada proceso de cambio en la heterogeneidad. El incremento de los niveles de jerarquía se ve reflejado en la cantidad de niveles de organización de los grupos de residencia [1]; la cantidad de diferentes instituciones provee una estimación de la variedad de dimensiones o jerarquías de la desigualdad [2]; y la proporción de espacios residenciales y no residenciales construidos es un indicador de la independencia de los parámetros [3]. Esta última proporción podría ser calculada sumando la cantidad de espacio residencial construido (r) a la cantidad de espacio no-residencial construido (nr) y luego dividiendo este total por la cantidad de espacio residencial (r): (r+nr)/r. Esto dará un número entre uno e infinito. Considerar cada una de las medidas independientemente permitiría el testeo de la hipótesis de que están secuencialmente ordenadas en su importancia por el cambio en la heterogeneidad. Como discutimos anteriormente, los dos primeros de estos procesos tienen efectos adicionales en la heterogeneidad, mientras que el tercero, incrementa la independencia de los parámetros, o sea que tiene un efecto multiplicador (multiplicative effect). Una medida de heterogeneidad puede ser derivada sumando el número de niveles (A) al número de tipos que no son residenciales (B) y multiplicando este total por la proporción (ratio) de espacio construido residencial en relación con el espacio construido no-residencial: (A+B)(r+nr)/r. La medida del segundo aspecto de la complejidad cultural, la desigualdad, también puede ser derivada de la consideración de los grupos de residencia corporativos y las instituciones. Dos estructuras del registro arqueológico pueden ser usadas para generar curvas de Lorenz. Primero, se puede utilizar la inversión de mano de obra en la construcción de grupos de residencia corporativos e instituciones. Arnold y Ford (1980) han utilizado una técnica similar para medir la desigualdad en Tikal. Segundo, el volumen de las estructuras de almacenamiento asociadas a grupos de residencia corporativos e instituciones pueden reflejar la riqueza de tales grupos. Es importante que las instituciones sean incluidas dado que representan la riqueza controlada por los individuos que dirigen tales instituciones. Una vez que la curva de Lorenz está construida, se puede usar un índice, tal como el de Gini, para resumir la desigualdad en el caso. Con el objeto de demostrar la practicidad de esta aproximación, la he aplicado en la secuencias de Casas Grandes en el noroeste de Chihuahua y en la secuencia de Hohokam en la Cuenca Gila. Los datos de la secuencia de Casas Grandes los obtuve del trabajo de Charles Di Peso (1974; Di Peso et al., 1974). Los datos de Hohokam fueron delineados a partir de una amplia variedad de investigaciones de distintos autores y sitios (de los últimos, los más notables, Snaketown y Casa Grande) (Doyel,1974; Fewks, 1912; Gladwin et al., 1937; Hammack y Sullivan, 1981; Haury, 1945, 1976; Hayden, 1957; Johonson, 1964, Weaver, 1977; Wilcox y Shenk, 1977; Wilcox y Stenberg, 1981; Wilcox et al. 1981). El desarrollo arquitectónico de ambas secuencias es similar a otras áreas del Sudoeste, el cual involucra un cambio de casas pozo a recintos de adobe y, finalmente a construcciones de adobe con múltiples pisos. Las casas pozo caracterizan las fases Convento y Pilon en Casas Grandes y los períodos Pioneer a Sedentary entre los Hohokam. Durante las fases Perros Bravos y Buena Fe de Casas Grandes y las fases Soho y Civano de los Hohokam, aparecen habitaciones de adobe contiguas construidas alrededor de una plaza o recinto. Las construcciones de adobe de múltiples pisos (multistoried) fueron construidas en la fase Civano por los Hohokam y en una escala aún mayor en Casas Grandes durante la fase Paquimé. En ambas secuencias la arquitectura pública incluye plataformas monticulares y canchas de pelota. Existe un considerable desacuerdo concerniente al desarrollo de la heterogeneidad y desigualdad en estas secuencias. Di Peso (1974) plantea sólo cambios débiles en estas variables desde las fases Convento y Perros Bravos, un incremento brusco en ambas durante las fases Buena Fe y Paquimé, y luego una brusca declinación en ambas durante la fase Diablo. Haury (1945, 1976) considera que se ha producido poco o nada de cambio en ambas variables a través de la secuencia Hohokam, sin embargo una variedad de otros investigadores (Grady, 1976; Plog, 1980; Wilcox et al. 1981) reconstruyen un crecimiento constante en estas variables desde la fase Pioneer a la Civano. Finalmente, Doyel (1977) ve que el valor de ambas variables se incrementa de la fase Pioneer a la Civano y luego declina en la Soho y Civano. Mi análisis provee un test cuantificado de estas reconstrucciones y una base para comparar la evolución cultural entre las dos secuencias. Los grupos de residencia y las instituciones definidas por este análisis utilizan distinciones previamente interpretadas por otros investigadores. Las unidades de residencia básicas usadas en ambas secuencias fueron los conjuntos familiares (family clusters). Di Peso et al. (1974) definieron estos para Casas Grandes, mientras que Wilcox et al. (1981) y Doyel (1974) han establecido criterios para delinear tales grupos en los sitio Hohokam. En ambos casos un conjunto familiar consiste en varias unidades domésticas (households) conectadas por portales o compartiendo un patio común. Estos conjuntos están organizados en unidades de mayor nivel denominados conjuntos de plaza en Casas Grandes (Di Peso et al. 1974) y grupos en los sitios Hohokam (Howard, 1982). Derivo mi interpretación a nivel regional para los Hohokam de Wilcox (1979) y Upham y Rice (1980) y para Casas Grandes de Di Peso (1974). La mano de obra estimada se basó en datos de los experimentos de Erasmus (1965) en México sobre el movimiento de tierra y piedras. Usando esta información, la construcción de edificaciones (masonry) fue estimada en 8.5 personas/día por metro cúbico, la construcción de adobe en 5.25 personas/día por metro cúbico, la excavación en 2.6 personas/día por metro cúbico. Esta estimación permitió una comparación de la energía invertida entre estructuras completamente diferentes, tales como habitaciones de adobe de un conjunto familiar y grandes canchas de pelota públicas. El volumen métrico requerido para cada estructura fue tomado de las descripciones de los excavadores o calculada de la escala delineada en el informe. Lo importante acerca de estas estimaciones no es que reflejan exactamente el input de mano de obra total sino que permiten estimar la cantidad de personas/día necesarios. La tabla 3.2 resume el análisis de heterogeneidad para la secuencia de Casas Grandes. La secuencia muestra un crecimiento continuo en la cantidad de niveles e instituciones presentes. Tanto en Convento como en Pilon solo existen unidades domésticas (households) (en el sentido definido por Winter 1976) y aldeas compuestas por grupos de tales unidades domésticas. En la fase Perros Bravos, varias unidades domésticas (households) ocupan habitaciones contiguas interconectadas, identificadas como conjunto de unidades domésticas (household cluster). También en esta fase, la casa comunitaria (community house) aparece como una institución separada de un conjunto familiar. En la fase Buena Fe, los conjuntos familiares están congregados alrededor de plazas separadas formando conjuntos de plazas. Cada conjunto de plaza incluye una casa comunitaria pero no aparecen estructuras institucionales fuera de los grupos de plazas. En las fases Paquimé y Diablo, Di Peso (1974) ha encontrado evidencias de que Casas Grandes controló una porción considerable de lo que hoy es la moderna Chihuahua, agregando un quinto nivel de organización. En estas dos fases, también aparecen estructuras institucionales aparte del conjunto de plazas. En suma, la tendencia en la heterogeneidad satisface las expectativas de Di Peso de escaso cambio en la Fase Viejo con un salto abrupto y declinación en la Diablo. La Tabla 3.3 resume el análisis de la heterogeneidad para la secuencia Hohokam. El período Pioneer definitivamente contiene unidades domésticas individuales organizadas en aldeas y puede haber tenido conjuntos familiares (Wilcox et al. 1981:168). La construcción del Montículo 40 del Período Pioneer en Snaketown sugiere que pueden haber existido otras instituciones aparte de las unidades de residencia. En el Período Colonial, definitivamente existieron conjuntos familiares (Wilcox et al. 1981), y la aparición de canchas de pelota indica la existencia de instituciones separadas de los grupos de residencia. Durante el Período Sedentario los conjuntos familiares parecen agregarse en grupos mayores (Howard, 1981) y las aldeas parecen vincularse a lo largo de canales de irrigación (Upham y Rice 1980). En el Período Soho, la cantidad de instituciones parece incrementarse dado que continúan las canchas de pelota y aparecen casas en la cima de las plataformas monticulares. Finalmente, en el Período Civano, la integración regional a nivel de los sistemas de irrigación es sugerida por centros administrativos especializados tales como Casa Grande y los Muertos (Wilcox y Shenk 1977), y al menos dos instituciones separadas están representadas por las casas grandes, las casas de clan y las casas sobre montículos. En su totalidad, este análisis sugiere un continuo incremento de la heterogeneidad a lo largo de la secuencia Hohokam. Para calcular la desigualdad, la unidad de análisis fue el conjunto familiar y las instituciones definidas en la medición de la heterogeneidad. Usando este procedimiento descripto por Lorenz (1905), se estableció una curva de Lorenz para cada fase, y luego se calcularon los coeficientes de Gini (Shryock et al. 1973). En Casas Grandes, estos coeficientes no mostraron cambio en las primeras tres fases pero el cambio aparece drásticamente y luego cae en las tres últimas (Tabla 2). En la secuencia Hohokam, los coeficientes se incrementan consistentemente de un período al siguiente, excepto entre el Período Sedentario y la fase Soho, donde no se ve cambio (Tabla 3). Este análisis demuestra patrones de evolución cultural muy diferentes en Casas Grandes y en la Cuenca Gila. La desigualdad y la heterogeneidad cambian poco en Casas hasta la fase Buena Fe, cuando ambas se desarrollan rápidamente a través de la fase Paquimé y caen en la fase Diablo. El incremento de estas variables es más continuo en la Hohokam, con una pequeña planicie en la transición Sedentario-Soho. Este análisis también sugiere que la fase Paquimé de Casas Grandes no fue tan heterogénea ni desigual como la fase Civano de Hohokam. ConclusiónEn esta discusión, he desafiado varios supuestos ampliamente sostenidos concernientes a la naturaleza de la evolución cultural. No podemos hablar mucho del desarrollo del cambio en términos de una gran división entre sociedades estatales y no estatales. Debemos dejar de asumir que el incremento de la desigualdad siempre acompaña al incremento de la heterogeneidad. La evolución cultural no se reduce a un único fenómeno medible por una taxonomía o una variable simple. En efecto, las últimas conceptualizaciones nos llevan a un debate taxonómico improductivo y nos atan a suposiciones que pongo en duda. Mi modelo de evolución cultural disgrega el concepto antropológico de complejidad cultural en dos variables: desigualdad y heterogeneidad. Una vez que se ha hecho esto, podemos tratar a la suposiciones sospechosas como cuestiones de estudio. El valor real de este modelo no yace en la verdad de mis afirmaciones acerca del desarrollo del cambio sino en su potencial para poner a prueba proposiciones concernientes a la naturaleza de la evolución cultural. Sólo definiendo el cambio evolutivo en términos de variables medibles los arqueólogos pueden poner a prueba la gran división o probar la naturaleza unitaria de la evolución cultural. Más importante, descartando la complejidad a favor de variables medibles, podemos descartar un concepto de “caja negra” de los sistemas culturales. Nuestras teorías, entonces, pueden incorporar las relaciones internas de la sociedad, que afectan y son efecto del desarrollo del cambio, con afirmaciones causales reconociendo el cambio en las variables materiales. Esta vinculación nos lleva desde un determinismo mecanicista hacia una más completa comprensión de la evolución cultural. No tengo manera de responder totalmente la pregunta ¿qué aspectos de la cultura han cambiado para crear un abismo entre los cazadores-recolectores pleistocénicos y el sistema industrial del mundo moderno?. En parte, esto se debe a que este abismo se define por muchos cambios y yo sólo considero aquellos relacionados a la estructura social. Además, esta es una cuestión investigada de tanta importancia como explicar por qué ocurre el cambio. Solo midiendo el “cambio de un no-howish, untalkaboutable all-alikeness to a somewish y en general untalkaboutable not all-alikeness”, los arqueólogos pueden dar cuenta de “continuous sticktogetherness y somethingelsifications”. Referencias citadas (se pueden ver en el original en inglés) Figuras y Tablas (ver en el original en inglés) |