Como Reconocer un Lobo Dentro de una Iglesia.
Ramón Veloz
Contenido
Cuidado con los lobos.
Lobo Rapaces.
Protegiendo al rebaño.
Tiemblan los lobos Rapaces.
Prefacio
Al leer este manuscrito, hemos recibido la impresión de un mensaje vital que necesita ser compartido y conocido por todos los que buscan al señor y ansían ser un canal para el, no dejando se engañar por los lobos que están dentro la iglesia. Por falta de conocimiento perece mi bueblo. No seas parte de ese pueblo.
Cuidado con los Lobos
1
“Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces que no perdonarán el rebaño” (Hechos 20:28)
Dicen los expertos que en España quedan unos dos mil lobos, el resto más importante de toda Europa. Viven principalmente en el norte de nuestro país, en las comunidades de Galicia y Castilla-León. Es de lamentar que este hermoso carnívora esté en peligro de extinción; pero también es comprensible que debido al constante conflicto con el hombre no todo el mundo comparta la misma sensación feliz ante una horda peligrosa de estos animales feroces y depredadores.
También este tema trasluce el eterno dilema humano: Por un lado queremos convivir con un “peligro tan hermoso”, y por el otro no. Pero por ningún precio deseamos que los lobos desaparezcan en nuestro contorno; prefiriendo sufrir los daños que causan a muchos granjeros y ganaderos antes que prescindir de estas bestias.
Algo parecido ocurre en la iglesia con los lobos religiosos: Por un lado son hermosos, listos y atractivos; “colorean” nuestras actividades en la iglesia, no cansando a los oyentes con el sempiterno evangelio de ayer, sino que lo adaptan sutilmente a la corriente de turno (Gálatas 1). Pero por otro lado, si nos apartamos completamente de ellos, la vida en la iglesia parece ser demasiado austera, estrecha y aburrida. Ante todo esto, me pregunto: ¿Cuántos lobos habrá en las iglesias evangélicas de España?, ¡y no sólo en el Norte!
Hermanos, escribir sobre este tema no es nada agradable ni fácil; muchos lo consideran como una incursión insolente e innecesaria en las mentes de los hermanos. Pero no lo es. ¿Por qué crees que hasta el día de hoy nunca se oyó hablar de los “lobos rapaces” en conferenciaso congresos evangélicos? Todo el mundo conoce el importante pasaje donde el apóstol Pablo exhorta a los ancianos de Efeso, diciendo que se cuiden de estos “animales” disfrazados: “Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño” (Hechos 20:29). Pero que yo sepa, ninguna “eminencia evangélica” jamás ha gastado una sola palabra para advertir del terrible peligro de estos lobos entre nosotros. ¿Por qué no? La respuesta es bien sencilla: Ellos mismos son “lobos rapaces”. Evidentemente, a ningún lobo se le ocurriría desacreditar a uno de sus propios “hermanos lobos”, y si advierten alguna vez del peligro de los lobos, es para descalificar a los más fieles en Cristo que intentan despojarles de su disfraz. Démonos cuenta de lo vital que es este tema en la Biblia:
“Sus principes en medio de ella son como lobos que arrebatan presa, derramando sangre, para destruir las almas, para obtener ganancias injustas” (Ezequiel 22:27).
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mateo 7:15).
“ Más el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa” (Juan 10:12).
Ante estas advertencias tan claras y serias acerca del peligro terrible de los lobos entre nosotros, ¿cómo evadiremos este tema vital, prefiriendo que se nos hable de asuntos “más edificantes”? Cualquier ser humano que está en sus cabales sabe que los lobos comen las ovejas con sumo gusto, y además lo hacen cuando les apetece. Es por esto, que se impone una separación inmediata y rápida: “Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo, y yo os recibiré...” (2ª Corintios 6:17).
Reflexionemos de una vez profundizando en esta cuestión: ¿Qué sustancia intentan comer los lobos? ¿La carne o el espíritu de los hermanos en la fe? Con toda seguridad, no comen nuestra carnalidad, sino lo espiritual, lo santo, lo puro y lo celestial; en suma, todo lo que es del Cordero de Dios dentro del creyente. Los lobos, en cambio, con sus consejos, sermones, y forma de vivir, fortalecen y “edifican” lo carnal, lo natural, y todo lo que es humano en los creyentes, impidiendo que Cristo gane terreno entre ellos. Los lobos reproducen siempre nuevos lobos -es imposible que engendren ovejas- porque de otra manera se verían amenazados a extinguirse en la geografía.
Lobos Rapaces.
2
El libro de Hechos registra un seria amonestación que el apóstol Pablo dio a los ancianos en Éfeso—una que aplica a todas las eras de la Iglesia de Dios: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno” (Hch. 20:28-31).
Comprenda lo que Pablo estaba diciendo. El pudo anticipar que hombres peligrosos, a quienes él etiquetó como “lobos”, eventualmente “entrarían” en la congregación con el único propósito de hacer pedazos espiritualmente a las ovejas de Dios—“no perdonándolas”. Aún más remarcablemente, él sabía que algunos de los mismos hombres que estaban parados ante él se alejarían de la verdad, y también intentarían dividir la Iglesia y “arrastrarían” miembros. ¿Cuántos aún creen estas advertencias tan básicas imposible de malentender?
Pablo entonces les recordó que él les había advertido por tres años completos acerca de los peligros que vendrían. Él hizo esto porque entendía el poder seductor del diablo—su habilidad para atrapar a los seres humanos, y después emplearlos para sus propios fines. Pablo le escribió esto a Timoteo: “que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a [“hacer la”] voluntad de él “ (2 Ti. 2:26).
¡Pablo pudo haber estado más correcto de lo que él sabía, ya que dos hombres cerca de él—Clemente y Lino—finalmente llegaron a ser líderes de la Iglesia falsificada en Roma!
Como ha ocurrido repetidas veces a través de las eras, los lobos han surgido entre el pueblo de Dios—¡de entre los ancianos, del ministerio ordenado!—intentando arrastrar hermanos tras de sí.
En un incidente reciente, muchos miembros de La Iglesia de Dios Restaurada recibieron correos electrónicos de dos ex ancianos locales de la iglesia que han dejado el Cuerpo de Cristo (por supuesto, ellos creen que no lo dejaron, pero tampoco lo cree ningún ministro que sale de la Iglesia). Dentro de estas cartas, los autores expusieron diferencias doctrinales, lanzaron acusaciones a ministros y hermanos, tergiversaron grotescamente sermones recientes y otros hechos, reduciendo a la verdadera Iglesia de Dios a una “corporación”, etiquetando la Obra de Dios como inspirada por Satanás con “humo y espejos mágicos,” y declararon su intención de unirse a un dispersado liberal, con tendencia pentecostal que ha cambiado, diluido, suprimido y desechado literalmente muchas doctrinas restauradas en la era de Filadelfia.
Utilizando la astucia (Gn. 3:1-5) y esperando anticipar cualquier respuesta, un hombre escribió, “Satanás será el autor aún de la insinuación más leve de falsas acusaciones o del daño controlado”. Esto es un vano intento de colocar a los líderes de Dios en la posición de un círculo vicioso: No decir nada, y permitir a los ladrones “hurtar, matar y destruir”—o proteger el rebaño, y ser acusados de ser dirigidos por Satanás (recuerde, Cristo mismo fue acusado de estar poseído por demonios).
¿Puede ver que las palabras de este hombre son realmente su propio intento de “controlar el daño”? ¿Puede entender que él está buscando enturbiar el centro de lo esencial—su deseo de seguidores? Y ¿puede “oler” estas cosas de usted mismo cuando está bajo fuego y sin nadie cerca de usted para ofrecer una explicación o apoyarle? (He. 5:13-14)
No se equivoque: Los ministros de Cristo están atados al deber de proteger su rebaño del “daño” a mano de ladrones y destructores: “El ladrón no viene, sino para hurtar, y matar y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”. Cristo llama a un ministro que no defiende al rebaño “un asalariado… [quién] ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas” (Jn. 10:10-13).
Pablo escribió un sinfín de advertencias para virtualmente cada una de las congregaciones que recibieron sus epístolas. ¿Fueron estas advertencias “controladores del daño”—o Pablo estaba expresando genuino interés por el pueblo de Dios, como un pastor que le importa su rebaño?
En cualquier prueba, el pueblo de Dios debe escuchar la voz de la verdad—la voz de Cristo (Jn. 10:3-5; 18:37). Es casi cómico ver como uno de estos hombres intenta “enseñar” a aquellos que él acecha, acerca de la “voz de Cristo” cuando él nunca estuvo en la Iglesia de Dios Universal, y nunca aprendió la verdad hasta que aprendió una versión torcida de ésta bajo un líder de un culto comenzando diez años después de la muerte del Sr. Armstrong. Este hombre no sabe nada acerca de la voz de Cristo. Alguien que en retrospectiva aparentemente nunca ha entendido la voz de Cristo puede difícilmente enseñar a otros como reconocerla. Alguien que nunca aprendió las doctrinas de Dios bajo el Sr. Armstrong difícilmente es una autoridad sobre como retenerlas.
Discierna el espíritu detrás del hombre
¡Nunca debemos olvidar que Dios trabaja a través de la carne—y también Satanás! Es la responsabilidad de todos los cristianos diferenciar a aquellos que Dios está utilizando de otros que se muestran a sí mismos como agentes de un diferente dios (2 Co. 4:4). Pablo se pasó todo 2 de Corintios 11 explicando cómo discernir lo uno de lo otro.
Servimos a un Dios franco—algunas veces dolorosamente directo. Nunca debemos tener miedo de ver a los hombres por lo que son. Recuerde la forma en la que la Escritura describe a los falsos líderes:
“¡Serpientes…generación de víboras” (Mt. 23:33)
“Zorras en los desiertos” (Ez. 13:4)
“Hombres corruptos de entendimiento…réprobos [negados del juicio]” (2 Ti. 3:8)
“Perros” y “malos obreros” (Fil. 3:2)
“Sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos muertos y de toda inmundicia” (Mt. 23:27)
“Guías ciegos” (ver. 24)
“Hipócritas” (vers. 13-15, 23, 25, 27, 29)
Estos hombres claman estar firmes por la verdad, asegurando ser representantes de Jesucristo. Ambos habían sido ordenados, y únicamente al rango más bajo en el ministerio, por menos de un año. ¿Dónde han estado sus frutos? ¿Cuál ha sido su registro de sufrimiento por el nombre de Jesucristo? ¿Cuántos han bautizado? ¿Han dado por lo menos media docena de sermones cualquiera de estos hombres? Recuerde, las ovejas de Cristo conocen su voz (Jn. 10:1-4). Él declara, “Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz” (18:37), y que la “palabra de Dios es verdad” (17:17). ¡No obstante estos atacadores, una vez entre nosotros, pero quienes claramente nunca fueron de nosotros (1 Jn. 2:19-21), están uniéndose a una organización donde la herejía, la confusión doctrinal y el entendimiento diluido abundan!
Las ovejas de Cristo “huyen” de tales hombres, “porque no conocen la voz de los extraños” (Jn. 10:5) quienes no retienen la palabra pura de la verdad. Lea los versículos 7-9. ¡Ya sea que la voz de Jesucristo hable a través del ministerio de la IDR o por medio de los hombres que nos dejaron—no hay punto medio!
Esos hombres quizá hayan servido fielmente (por lo menos parcialmente) pero un periodo de tiempo no mitiga lo que ellos hicieron después. (Lea cuidadosamente Ezequiel 18:24-26.) Un historial de fidelidad en un matrimonio sólo tiene valor si el adulterio nunca entra al cuadro. La determinación previa de pagar el diezmo no tiene peso una vez que alguien comienza a robar lo que pertenece a Dios. Asegúrese de ver el punto con respecto a cómo usted puede haber visto una vez a un hombre que ha permitido que Satanás lo transforme.
Considere el fruto de su conducta y creencias, y entonces pregúntese:
¿Por qué atacar ahora—en este caso, dentro de las horas de la muerte de la Sra. Pack? ¿Los verdaderos siervos de Dios, quién es amor (I Jn. 4:18), saltarían cruelmente al final de la vida de una sierva fiel de muchos años, como una oportunidad de pararse sobre una “plataforma” y hacer que se escuchen sus voces? Hombres con la más básica decencia e interés altruista por otros, ¿podrían atacar conscientemente justo cuando sus seres amados están de luto, y con la Iglesia entera sintiendo lo mismo? O ¿sería hecho esto por hombres dirigidos por “otro espíritu”—el “dios de este mundo”? Para ésos con “ojos para ver,” la respuesta es obvia.
¿Saldrían hombres justos de una manera que arroja dudas, crea confusión y siembra división entre los hermanos? Sólo en la era de Laodicea, cuando la opinión de todo hombre es tan buena como la de cualquier otro.
¿Sonreirían los hombres de Dios, se reirían, convivirían y compartirían comidas con los líderes fieles de Dios—mientras al mismo tiempo trataban de “trabajar con el grupo” en la Conferencia antes de que salieran repentinamente sin dejar ni un pequeño indicio de los asuntos que los “abruman”?
Hombres de verdad y sinceridad, ¿fingirían compromiso con el ministerio, discutiendo planes de reubicación y responsabilidades específicas con los líderes en la Sede—y entonces solo unos días después vomitar sobre el pueblo de Dios?
Y, hombres de mentes sanas ¿dejarían en el Cuerpo de Cristo para unirse un grupo que ni siquiera predica el verdadero evangelio?
Otra vez, piense por mucho tiempo y arduamente acerca del momento de estos y ciertos otros ataques. ¡Estos hombres ni siquiera tuvieron la decencia de darle al Sr. Pack y a su familia tiempo para sufrir! ¿Podría alguien creer que los verdaderos siervos de Dios utilizarían tales tácticas de “destazar y quemar”? Hermanos, aún por los estándares del mundo tales cosas serían consideradas reprensibles. Podemos estar agradecidos de que Satanás dejó tales huellas dactilares tan obvias en su obra. (En contraste, y en una nota positiva, los mensajes de simpatía y pésame llegan a raudales provenientes de miembros en cada rincón del globo, así como también de muchos en los dispersados).
¡Cortar el razonamiento irracional!
Aunque Satanás es brillante, su mente está torcida y finalmente irracional. Igualmente, en el pensamiento de sus agentes siempre es evidente lo mismo. Dios, quién ofrece la sabiduría a los que la piden (Stg. 1:5), instruye a cada uno de nosotros a levantar “la espada del Espíritu, la cuál es la Palabra de Dios” y cortar los argumentos y afirmaciones superficiales y absurdos de los “hombres malos y engañadores” (2 Ti. 3:13).
Mientras creemos que la mayoría (y tal vez todos) del pueblo de Dios llegarán a conclusiones obvias y verán a estos hombres en la luz correcta, si algún elemento dentro de estas cartas le molesta, tome tiempo y pregúntese a sí mismo:
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