La Historia y la Geografía como marco de los estudios sociales.
Dos de estas disciplinas, sin embargo, tienen funciones muy especiales, porque no sólo nos proporcionan conocimientos de sus áreas de conocimientos, sino que, además, nos sirven como grandes coordenadas que nos permiten ubicar a los demás fenómenos sociales en el tiempo y en el espacio, --ellas son las Historia y la Geografía—y son, en cierta manera ciencias síntesis16, haciendo que todas las otras ciencias tengan que dedicarles un subcampo especializado para establecer desarrollos en el tiempo o ciertas concomitancias espaciales. Respecto de la Historia, Juan Deval, dice que: “La historia no es pues, un aspecto más de las nociones sociales sino que es una dimensión imprescindible para entender éstas”17. Por ejemplo, en Antropología tenemos una Historia de la Antropología, igual que una Antropología que registra la historia de cada etnia o grupo humano (estudio del desarrollo histórico de los rasgos culturales investigados). Pasa lo mismo con la Geografía puesto que la Antropología tiene que desarrollar estudios que se ocupan de la relación que hay entre la Geografía y la funcionalidad de ciertos rasgos culturales con ella, como la forma en que los indígenas de Tierra del Fuego adaptaron su cultura a la vida en los canales australes por ejemplo; es decir, cómo los pueblos se han adaptado culturalmente a su medioambiente geográfico18. En Sociología encontramos un Historia de la Sociología, del mismo modo que encontramos diversos estudios acerca de subáreas de conocimientos basados en aspectos históricos, como una Sociología del Renacimiento o una Sociología de las revoluciones campesinas, etc. Lo mismo ocurre con las demás ciencias de la sociedad. Es decir, la vida social transcurre en un ambiente espacial determinado, al que también podríamos llamar un “socioespacio”, y en un transcurso de tiempo específico que liga la porción del espacio estudiado, a otros transcursos de tiempo –anteriores, coetáneos o futuros-- de otros espacios, con los que puede o no estar en interacción y comunicación.
Procesos
Sociales de la
vida cotidiana
TIEMPO
(Historia)
ESPACIO
(Geografía)
Espacio y Tiempo: Coordenadas de los Procesos Sociales.
Por ejemplo, los procesos sociales ligados a la Independencia de Chile, (Políticos, sociológicos, cultural-antropológico, económicos) están enmarcados por un espacio geográfico específico: el territorio nacional (nuestro socioespacio), y a un tiempo histórico: lo que va desde el 1800 hasta los años 30 de dicho siglo, y ambos les dan a estos procesos sociales unas dimensiones y consecuencias propias.
El espacio como concepto
El espacio como concepto ha sido extensamente estudiado por la Filosofía, la Antropología y la Sociología. Por su novedad, reproducimos el siguiente texto en que se resumen visiones acerca del espacio desde la Filosofía: “El espacio, en la filosofía antigua, es concebido como lo opuesto a lo “llano”, a lo “vacío”, en análoga percepción con lo que comprensivamente se establecía entre las nociones de “ser” y “no-ser”. En Platón, el espacio es visualizado como un “receptáculo”, en donde caben las cosas creadas: por lo mismo, éste viene a ser lo que es llamado, careciendo de figura y de imagen, de entidad propia.
A la concepción pasiva de Platón, prosigue la de Aristóteles, la que predominó hasta la Edad Media, y concibió el espacio como un “lugar” y, por lo tanto, como consustancial a las cosas, puesto que éstas no se pueden concebir sin éste. A partir de la concepción aristotélica, se habló del espacio real como una categoría finita y poseedora de los mismos límites que tiene el universo de las cosas asociadas a éstas, y de espacio imaginario, que es potencialmente infinito y, por lo tanto, identificable con el vacío puro. La noción predominante y más socorrida es, con todo, la de espacio real, puesto que éste es el espacio de los cuerpos.
En la filosofía de Descartes, la idea de espacio es importante, puesto que para él es una cualidad esencial de la Res Extensa, que posee como propiedad de la continuidad, la exterioridad, la reversibilidad y la tridimensionalidad y que constituye la esencia de los cuerpos. Despojando a los cuerpos de sus propiedades sensibles queda sólo la extensión, y esta extensión en la cual consiste el espacio, perfectamente transparente para la mente que indaga. Tal extensión es, por lo tanto inteligible y no sensible.
Para Kant, el espacio y el tiempo son formas de la intuición sensible o “formas a priori de la sensibilidad”. El concepto de espacio no es un concepto empírico, sino una representación a priori que sirve de fundamento a todas las instituciones externas, es una condición de la posibilidad de los fenómenos, una condición para que los fenómenos existan y se configuren como tales. Es el “lugar” aristotélico, pero ligado a la existencia misma de los fenómenos.
En Heidegger, por su parte, el espacio se ubica en el plano de la existencia y es como tal “pre-científico”: no está en el sujeto como lo afirma el idealismo, pero tampoco el mundo está en el espacio, como lo afirma el realismo. El espacio está en el mundo, por cuanto es el “ser-en-el-mundo de la existencia” el que ha dejado franco el espacio”. Ivan Navarro Abarzúa, “Educación, Espacio y tiempo”, en Colegio de Arquitectos de Chile A.G., CHILE, ESPACIO Y FUTURO. Editorial Aconcagua1987 Para la Antropología, por su parte, el espacio es una dimensión cultural que, a través del sentido que le da la gente a los territorios y lugares en que vive, aporta una parte de los significados con que se vivencian los otros proceso sociales. Por ejemplo, la representación del “campo” o vida rural en la cultura chilena cultural (el sentido que le damos) varía grandemente si se trata de imaginarla en Magallanes, la zona central de Chile o en el Norte desértico.
El tiempo como concepto
Lo mismo sucede con el tiempo como categoría del entendimiento humano. El tiempo como concepto tiene connotaciones de direccionalidad. Nada esta suspendido en el tiempo, la sociedad va de un tiempo a otro, es un transcurso, una forma en tránsito, por lo tanto los procesos sociales que conforman las Ciencias Sociales tienen que tomar el tiempo más como un referente que como un tema de estudio más o menos tangencial o vecino, como si la Sociología y la Antropología y las demás ciencia sociales fueran otras tantas disciplinas al lado de la Historia y la Geografía. En definitiva, lo que aquí estamos diciendo es que la Historia y la Geografía establecen las coordenadas espacio-temporales en que se ubican las demás manifestaciones del quehacer social, por ello es que la Historia y la Geografía enmarcan los proceso sociales de las otras ciencias: de la Sociología, Antropología, Lingüística, Arte, Política y Economía, etc. “La historia va más allá de la observación, compilación, análisis, descripción de la acción humana en el pasado remoto o más próximo (...permite ) entregar a las demás Ciencias Sociales los que constituyen para ellas sus indispensables marcos de referencia”.19 Como conclusión, para el profesor moderno, primero él tiene que tener una apreciación de la importancia de lo espacio-temporal, para luego formar en sus alumnos esa misma importancia, y esto es muy importante en un mundo que se hace cada vez más global e intercomunicado, y donde, por lo mismo, cada grupo humano intenta reafirmar lo local, histórica y culturalmente, como la fuente de su identidad cultural y nacional. Establecido el marco espacio-temporal de las disciplinas de las Ciencias Sociales, se presenta a éstas en una breve reseña, teniendo presente que ya habrían sido conocidas en cursos anteriores a la presente asignatura, a la vez que se insta al alumno lector para que se mantenga indagando y ampliando sus conocimientos de cada una de ellas por su propia cuenta y a lo largo de su carrera de alumno primero y profesional después.
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