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HISTORIA DE LA ARQUITECTURA Y DEL DISEÑO: IDEAS FUNDANTESEsta clase fue dada en 2013, en el Taller de Historiografía. Arq. Rafael E. J. Iglesia 2013 Prólogo
La historiografía como narraciónCon respecto al estado de la historiografía, Hayden White acordando con Foucault sitúa a la historiografía, en el campo del discurso, del mismo modo que Paul Ricoeur la sitúa en el campo de la narración, distinguiéndola así de la ciencia y del arte. El discurso histórico, estudioso de las acciones de los hombres, se escribe entre las tensiones de tres polos: el del pasado (al que refiere), el del presente (fuente de las interrogaciones) y el del futuro (lugar de las intenciones del historiador).
Dijo Pierre Chaunu, O bien la historia es anécdota o bien busca comprender, vincular, unir el pasado al presente, para lograr una mejor aprehensión del futuro próximo, el único sobre el cual podríamos tener algunas posibilidades de acción. (Chaunu, 7)
Erich Kahler preguntándose sobre el sentido de la historia (refiriéndose a la Edad Media y a la Ilustración), decía que fueron momentos en que el conocimiento de la historia “Daba al hombre apoyo y orientación en la vida”. (Kahler, 13) La historia es siempre “desde aquí y ahora”El presente, como los dijo Karl Jaspers, es el punto de partida inevitable. El punto de partida de la comprensión es nuestro presente, el aquí y el ahora, nuestra única realidad. (Jaspers, 30) Lucien Febvre dio como razones para la existencia de la historiografía permitir comprender al tiempo presente, el de la acción, “ayudar a vivirlo”. La historia habla de la “experiencia reflexiva” anterior. Con este punto de partida, la historia siempre conlleva una ideología, no es totalmente neutra. Aún el historiador más decidido a ser neutral y sólo presentar los hechos objetivos, parte de un marco teórico que implica un punto de partida paradigmático; una posición ideológica con respecto al mundo, una cosmovisión; y una posición crítica
Desde los primeros trabajos sobre la arquitectura, como en el caso de Marco Vitruvio Polion , el discurso estuvo dirigido a la práctica arquitectónica, con referencias históricas, como apoyo de lo que se podría llamar “teoría normativa”, de lo que hay que hacer para hacer algo, más que historiografía.
No sabemos con que intención le fue solicitado a Antonio di Tuccio Manetti (1493-1497), la biografía (ca. 1480) de, Filippo Brunellesco, pero allí se dice: “Tú me pides la noticia biográfica tan minuciosa y cumplida como pueda” lo que revela que el destinatario es una determinada persona, no el público en general, ni siquiera un público especializado.
Pero ya podemos considerar historiográfica a Le Vite de' più eccellenti pittori, scultori ed architettori,(1550) de Giorgio Vasari (1511-1574), quien se dirigía a un público ilustrado de comitentes y arquitectos. Lo mismo hicieron los italianos Andrea Palladio, Vincenzo Scamozzi y Sebastiano Serlio, españoles como Diego de Sagredo, portugueses como Francisco de Holanda (De pintura antigua, 1548), franceses como Androuet du Cerceau y Philibert de l'Orme o alemanes como Wendel Dietterlin. Federico Zuccaro (1542-1609), escribió L'Idea de'scultori, pittori e architetti (Turin, 1607) incursionando en datos historiográficos. Ambrosio de Morales escribió “Las antigüedades de las ciudades y Relación del viaje en Galicia y Asturias” (1575 y 1572). El romano Giovanni Pietro Bellori (1613-1696) escribió, casi como una continuación de la obra de Vasari Le vite de' pittori, scultori et architetti moderni,(1672). Roland Fréart de Chambray escribió Paralelo entre la arquitectura antigua y moderna (1650) y Filippo Baldinucci la “Vida del caballero Bernini” (1682).
Algunos autores consideran al Ensayo de una arquitectura histórica con la representación de diferentes y famosos edificios de la Antigüedad y de pueblos extranjeros (1721) de Johan Bernhardt Fischer von Erlach, como el primer trabajo realmente historiográfico sobre la arquitectura. Como los trabajos anteriores está dirigido a un público culto, artistas, amateurs, posibles comitentes y apunta más al conocimiento ilustrado que la práctica arquitectónica. Un poco antes, el inglés Colen Campbell escribió El Vitrubio británico o el arquitecto británico (1717), donde los datos históricos apoyaban el ejercicio práctico de la arquitectura, pero apuntaban a desplegar ante los ojos de los británicos ilustrados, el valor de la arquitectura propia. En Italia, Guarino Guarini redactó para sus colegas y para potenciales comitentes cultos su Arquitectura civil (1737).
Los grabados de Gian Batistta Piranesi (1720-1778), aunque tratan de objetos históricos, no llegan a ser historiografía, son catálogos, listas, registros de obras, como tantos que, iniciados por Villard d´Honnencourt, se produjeron en los siglos XV, XVI, XVII y XVIII. Sin explicitarla, también suponen una utilidad de estos conocimientos.
Lo mismo puede decirse de los grabados de los templos griegos que produjeron los primeros visitantes occidentales de Grecia sojuzgada por los turcos, como el francés LeRoy o los británicos James Stuart y Nicholas Revett con sus Antiquities of Athens, (1762) ). Ahí están las obras de Caylus (Collection of Antiquities, 1750), de Robert Wood (Ruins of Palmyra, 1753 y Ruins of Balbek, 1757), de William Chambers (Designs of Chinese Buildings) y de Robert Adam (Ruins of the Palace of the Emperor diocletian at Spalato, 1764).
Johann Joachim Winckelmann (1717-1768) publicó en 1764la Historia del Arte en la Antigüedad, donde ensalzó los valores de la arquitectura y de la escultura griega. Esta obra fue muy influyente en todo el mundo ilustrado europeo.
Jacob Burckhardt (1818,1897), historiador suizo escribió “La cultura del Renacimiento en Italia” (1860), trabajo que como casi todos los mencionados antes, relaciona temáticamente a la arquitectura con las otras artes plásticas: la escultura y la pintura y está dirigido al público culto de conocedores y artistas.
También podemos considerar historiográficos a los trabajos de Viollet le Duc (1814-1879), como L'Architecture militaire au Moyen Age (1854); Habitations modernes (1874-77) , Histoire d'une maison (1873); Histoire d'une forteresse (1874); Histoire de l'habitation humaine (1875); Histoire d'un hotel-de-ville et d'une cathédrale (1878).
La obra cumbre de Wolfflin (1864-1945): Renacimiento y Barroco (1888)se desinteresa de los artistas, planteando un nuevo enfoque, el de la "historia del arte sin nombres", estudiando las características culturales globales: estilo, nacionalidad, escuelas de donde el zeitgeist de Hegel era un tema central. Aquí la historia sirve para ubicarse en el tiempo y a través de su conocimiento, aprender del pasado en general. No es un tratado dirigido directamente a la acción práctica. Uno de los textos considerado como el primero de los verdaderamente “historiográficos”, es el de James Fergusson “History of Modern Styles of Architecture” (1891) es, como era habitual, un catálogo de obras que, al igual que Fischer von Erlach, cubría desde Europa hasta la China, basado justamente en un manual (handbook) que Fergusson había redactado anteriormente, estaba dirigido a estudiantes y arquitectos y de allí su carácter de catálogo, como lo requerían las prácticas docentes del momento, es decir su utilidad era coadyuvar a la acción práctica.
Típicamente historiográfica es la famosa obra de Auguste Choisy (1841-1909) “Historia de la arquitectura” (1899), que recorre toda la historia de la arquitectura, encarándola desde el punto de vista constructivo. Todo cambió cuando la historiografía se puso al servicio de la apología de la arquitectura renovadora. Los primeros historiadores de la arquitectura renovadora fueron al mismo tiempo sus defensores. Y sus discursos estaban dirigidos, en principio a los arquitectos, en segundo lugar al público interesado en las artes, entere los que podría haber posibles comitentes. Es decir, estaban dirigidos a incitar un tipo de acción arquitectónica. Historiografía y acción práctica Basándome preferentemente en el campo discursivo producido en las décadas del 40 hasta ahora, indagaré sobre la acción histórica. Como sostiene el historiador francés Paul Veyne (entre muchos) las ciencias humanas se estructuran con teorías de un todo que es la acción. Al mismo tiempo puede decirse que todo hecho histórico “...es el resultado de una praxis, signo de un acto y por consiguiente afirmación de un sentido”. (De Certau, 45) Según Ricoeur, la lectura de una acción se parece a la de un texto; para la comprensión de ambos se precisa el mismo tipo de principios hermenéuticos. Como «la historia versa sobre las acciones de los hombres del pasado», de ello se sigue que el estudio del pasado tiene su propio fin en la «comprensión» hermenéutica de las acciones humanas. En el proceso de alcanzar esta comprensión, se invocan explicaciones de diferente tipo, igual que se invocan explicaciones del mismo tipo «lo que sucedió» en cualquier historia en aras de su plena elaboración. Pero estas explicaciones sirven como un medio de comprender «lo que sucedió» en vez de como un fin en sí mismas. De este modo, al escribir un texto histórico, el objetivo debería ser representar los acontecimientos (humanos) de forma tal que se pusiese de manifiesto su estatus como parte de un todo significativo. (White, 67)
En el campo del diseño, Aldo Rossi lo expresó así: “La conexión entre pasado y presente (...) se traduce entre una conexión entre pasado, presente y futuro, la cual designa a la historiografía como instrumento de transformación racional de la situación”. (Rossi) He aquí una primera razón del estudio de la historia: la transformación racional de la situación. Más adelante veremos cual es la situación que se transforma en el caso del diseño. Más adelante Rossi mencionó una carta de Carl Jung a Freud, donde Jung dice: “Creo que he encontrado (…) un sentido distinto de la historia, concebida no simplemente como hecho, sino como una serie de cosas, de objetos de afecto para ser usados por la memoria o el diseño. (Jung, Carl, en Rossi 1990, 133) Objetos de afecto para ser usados por el diseño. Piensen los diseñadores hasta donde esto es fruto del conocimiento histórico. O bien la historia es anécdota o bien busca comprender, vincular, unir el pasado al presente, para lograr una mejor aprehensión del futuro próximo, el único sobre el cual podríamos tener algunas posibilidades de acción. (Chaunu, 7)
Es decir, la historia sirve para la acción presente, quizá este era el sentido de la frase de von Ranke: “la historia es maestra de la vida”. Justamente, Bunge, en su propuesta de caracterización de las ciencias, propone sus objetivos. En este caso la historia tendía como objetivo, entre otros, el de orientar las acciones de los hombres, asemejándose así a la experiencia en el sentido deweiniano del término. Este objetivo, presente en otro tipo de narraciones, como las fábulas, no es universal ni inmutable, nace en el seno de una sociedad y un determinado presente.
El punto de partida de la comprensión es nuestro presente, el aquí y el ahora, nuestra única realidad. (Jaspers, 30) Giambattista Vico daba como una de las razones de cualquier estudio su finalidad. Discutiré someramente, la teleología de los estudios (el saber) históricos en la enseñanza del diseño en nuestra cultura euroamericana. En un planteo riguroso y más extenso, debería definir por lo menos "enseñanza", "aprendizaje", “historia” y “arquitectura y diseño”. Sin embargo, para lo que sigue, basta con las acepciones corrientes de estos términos. Me eximo de profundizar en estas definiciones. Es decir, la "causa final" de los estudios, la enseñanza y la práctica del diseño es la producción de lugares habitables, objetos y comunicaciones. O dicho de otro modo: la satisfacción de necesidades básicas (que Marx puso como fundamento de toda la historia). En nuestro caso, la de habitar.
Si la acción que estudiamos es la de diseñar, esto supone asumir, a su vez, que el objetivo final del diseñar es contribuir a la producción de: 1 el hábitat humano, complemento, alteración o reemplazo del biotopos natural; 2 objetos utilitarios, es decir, utensilios. 3 hechos o "actos" de comunicación. El encuadre: Saber histórico y praxisSi es verdad que todo conocimiento nace de la posibilidad de una acción1 (Bergson, Dewey, Gabilondo, James, Kotarbinsky, Marx, Nietzsche, Piaget, Pierce, Richard, Sartre ), hablar de la historia de una disciplina (o de una determinada praxis, como la del diseñar), es hablar independientemente o en conjunto, por un lado de cómo, con qué motivos teóricos y prácticos, con qué imágenes decisorias2 y conocimientos, esa disciplina planteó y resolvió los problemas que le incumben; por el otro, de la acción o práctica humana que la acción disciplinar (medicina, derecho, arquitectura y así siguiendo) afecta (instaura, reforma, sostiene). En opinión de Raymond Aron los hechos históricos no nos interesan sino en la medida que influyen en nuestra existencia.
Por su parte muchos historiadores de la arquitectura han señalado su orientación hacia la práctica. En su famoso trabajo "Espacio, tiempo y arquitectura", Sigfried Giedion asegura: La historia puede poner en claro para nuestros contemporáneos los elementos constitutivos de nuestra época olvidados...(...) Los lazos con el pasado son el presupuesto del surgir de una nueva y tradición. (Giedion, 30)
Bruno Zevi refiríendose a "Verso un'Architettura Organica", dice ...Estaba dirigido a los jóvenes arquitectos que serían llamados a reconstruir inmensos territorios desvastados. (Zevi, 1955, 13, mi traducción) La arquitectura en su hacerse, y la historia de la arquitectura, la creación, y la reflexión, durante largo tiempo separadas, se acompañan, se controlan, se identifican como ocurre en cada cultura integrada. (Zevi, 1955, 17, mi traducción) No hay gran arquitecto que no conozca íntimamente la historia de la arquitectura y no se alimente de ella para la propia inspiración... (Zevi, 1951) Renato de Fusco dice algo parecido, con respecto a su "Historia de la arquitectura contemporánea", ...pretende dirigirse a los estudiantes (...) para enriquecer el conocimiento analítico de las obras (...) para identificar un código, un lenguaje arquitectónico adaptable también a los edificios que estamos proyectando. (De Fusco, 9) Kenneth Frampton habla de posibilitar la fundamentación del “ejercicio crítico de la arquitectura” (Frampton, 7) y se basa en la teoría de la “práctica reflexiva” de Donald Schön (Schön). Tafuri y Dal Co, refiriéndose a la historia de la arquitectura contemporánea, dicen ...es historia de una serie de esfuerzos subjetivos (...) modificando la estructura organizativa misma del trabajo intelectual enfrentado con la construcción del ambiente humano. (Tafuri, 5, mi traducción)
Ricoeur expone así la relación que buscamos: Podemos resumir así la doble relación entre inteligencia narrativa e inteligencia práctica. Al pasar del orden paradigmático de la acción al sintagmático de la narración, los términos de la semántica de la acción adquieren integración y actualidad. Actualidad: términos que sólo tenían una significación virtual en el orden paradigmático -simple capacidad de uso- reciben una significación efectiva gracias al encadenamiento a modo de secuencia que la intriga confiere a los agentes, a su hacer y a su sufrir. Integración: términos tan heterogéneos como agentes, motivos y circunstancias se vuelven compatibles y operan conjuntamente dentro de totalidades temporales efectivas. (...) Comprender una historia es comprender a la vez el lenguaje del «hacer» y la tradición cultural de la que procede... (Ricoeur, 123) Esta es una clara posición praxeológica, que puede entroncarse con la concepción marxista de la historia. Saber histórico y diseñoLa acción que nos toca historiar, es la de diseñar, la práctica social de diseñar. Una acción que se reacciona con otras múltiples acciones y fenómenos no necesariamente y específicamente propios del diseñar.
La reflexión sobre la “experiencia” histórica (propia y de otros) ayudará en la toma de decisiones de diseño, ayuda que en muchos casos llegó hasta la copia. El diseño, que nace de necesidades, se practica con poéticas o métodos proyectuales y se concreta en soluciones. Todo esto puede historizarse. Me apresuro a decir que muy pocas veces el saber histórico será útil en forma directa. Necesita ser elaborado, junto con otros saberes o conocimientos, para producir, en el nivel más general, teorías; y en niveles más aplicados, criterios de diseño o decisiones proyectuales. El objeto de una ciencia significa afrontar un problema que primero debe ser planteado y luego resuelto; hablar de la historia de una ciencia impone mostrar de qué manera -por qué motivos teóricos o prácticos- una ciencia “se las arregló” para plantear y resolver ese problema. (Gabilondo, 37) Así se plantea la cuestión de cual es el problema de la “ciencia” o disciplina (en este caso el diseño y la proyectación), que se estudia históricamente. Adelanto que creo que en el caso del diseño en general, de arquitectura y de objetos, entre muchos problemas posibles, creo que el principal es el la construcción del hábitat, que lleva inmediatamente al estudio de la acción “habitar”. Lo que no implica la negación de estudios históricos sectorizados, como, p.e. historias de la estética arquitectónica. Si consideramos a la construcción del hábitat como el objeto de la disciplina, el problema que debe ser planteado y resuelto nos lleva a buscar las respuestas a las preguntas: ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Quién? Con que fundamentos y motivos teóricos o prácticos, el diseño (los diseñadores, el diseñador) se “las arregló” para plantear y resolver ese problema. La validez de una reconstrucción del pasado puede, ser medida en referencia a las transformaciones de la situación que de ella derivan y, por lo tanto, al futuro que ella prepara. Así Ricoeur sigue el camino que lleva de Husserl a Gadamer, pasando por Heidegger. ...comprender es la forma original de del realización del estar-ahí-humano, en tanto que ser-en-el-mundo. Y ante toda diferenciación del comprender en las dos direcciones del interés pragmático y del interés teórico, el comprender es este modo de ser del estar-ahí que constituye a aquél en «saber-ser» y «posibilidad». (Gadamer, 72) Yo seguiré en grandes rasgos la posición gadameriana, originada en la concepción heidegeriana de la existencia humana como existencia orientada hacia el futuro, que integra los dos sentidos de “comprender” encerrados en la palabra alemana verstehen: tanto el comprender el significado de algo (nivel conceptual o de la inteligibilidad), como un “saber hacer”, una capacidad de hacer bien algo en el nivel práctico, que resulta en última instancia, en un comprenderse a sí mismo en relación a algo exterior; construir, como dice Gadamer, “un proyecto de las propias posibilidades” (Gadamer, 74). Lo que no es suficiente, el comprender necesariamente debe acompañarse con el explicar, dar razón del porqué de los hechos (Bunge). Punto de partidaEn fin, para conocer qué es el diseñar, hace falta conocer su historia. Pero esta historia no es una mera acumulación de hechos o de acontecimientos, sino una estructuración de hechos que les otorgue sentido (Kahler). Basta con leer el delicado cuento de Borges, "Funes el memorioso", para darse cuenta de que una mera base de datos, por extensa que sea, debe ser elaborada para convertirse en una «historia».
Desde la generalidad de la filosofía, Karl Jaspers sostenía: Una imagen histórica descansa empíricamente sobre una multitud de hechos particulares apilados, pero de ellos solos no resulta nada. (Jaspers, 30) Cuando decimos que un acto o un acontecimiento es significativo entendemos que sirve a algún propósito o explica algún otro fenómeno. (Kahler, 16) Lo que ratifican los estudiosos del conocimiento Lo que caracteriza a la mirada inteligente es que aprovecha con suprema eficacia los conocimientos que posee. Pero, por sobre todo, que dirige su actividad mediante proyectos. Cada vez que elegimos dónde mirar y la información que queremos extraer, dejamos que el futuro anticipado por nuestras metas nos guíe. (...) Así pues, la mirada se hace inteligente -y por lo tanto creadora- cuando se convierte en una búsqueda dirigida La verdad, en cambio, nos es accesible sólo como se presenta en la experiencia, la cual es de por sí abierta e inconclusa. (Givone, 19) Así sentido se transforma en utilidad. Si vamos a preguntarnos por la relación entre conocimiento y 'saber' histórico y diseño, afrontemos el problema de la 'utilidad' del saber histórico con respecto a la praxis del diseño. El discurso "científico" que 'no habla' de su relación con el "cuerpo" social, no puede dar origen a una práctica, deja de ser científico, y esto es muy importante para el historiador, pues en esta relación con el cuerpo social está precisamente el objetivo de la historia. (De Certeau, 74) Esto nos aleja de ciertos 'idealismos', sobre todo estéticos, que han marcado a la historiografía arquitectónica moderna. Desde la visión más general de la resolución de problemas, esta situación nos lleva a una inevitable teleología del saber. El saber ...puede pensarse como un sistema que relaciona a un actor y a los fines perseguidos con acciones que, de algún modo controlará el actor para obtener los fines buscados. El filósofo Dennett ha llamado a esto sistema intencional. (Iglesia) Sin mayor aclaración creo que dentro de un proceso práctico (praxis) que implica conocimientos teóricos y saberes prácticos, la crítica y la historiografía pueden ayudar a generar teorías que a su vez permitan elaborar, a partir de ellas, criterios de acción (diseño = acción proyectual), tanto en el campo de la proyectación (acción orientada hacia el futuro), como en el de la lectura de obras (observación) y la crítica (valoración y ponderación). Permitir comprender al tiempo presente (el de la acción), ayudar a vivirlo, son las razones que dio Lucien Febvre para la historia. La reflexión sobre la “experiencia” histórica (de otros) ayudará a la producción de criterios de diseño, orientadores de la acción proyectual.
Nuestra fórmula queda así: HISTORIA = f (CREACION DE TEORIAS) TEORIAS = f (ELABORACION DE CRITERIOS PARA PROYECTAR) CRITERIOS DE PROYECTACION = f (DISEÑO) DISEÑO = f (UTILIDAD) (EXPRESIVIDAD?) El estudio de la historia tendrá en cuenta que la praxis del diseño refiere a un cuerpo de saberes, destrezas y prácticas definido históricamente y por lo tanto, cambiante. Este cuerpo tiene superficies de 'visibilidad' y condiciones estructurales que encuadran su ocurrir. La historia de una disciplina debe intentar escudriñar qué 'aparece' en la superficie y qué se oculta debajo, como fundamento (Foucault). Aún reconociendo que los conocimientos no sólo se originan en necesidades prácticas 'inmediatas' sino que su ocurrir o acaecer está encuadrado en la existencia de otros conocimientos que posibilitan su aparición, debemos bucear hasta la necesidad que se encuentra en el fondo del espesor disciplinario; aquella que puede ser llamada la 'razón de ser' de la arquitectura.
Esa razón de ser es la de modificar, para bien o para mal, el entorno construido, es decir, cambiar el entorno dado, natural, por otro creado, artificial. Esto significa alterar la naturaleza, y esa alteración del hábitat resulta, inevitablemente en la alteración de una acción: la de habitar. Por eso aseguro que la primera razón de ser de la historia del diseño es aumentar la comprensión de ese fenómeno básico humano que es el habitar y de los modos en que se adecua el espacio para satisfacer las necesidades habitacionales.
Bibliografía citadaBunge, Mario: 1999 Las ciencias sociales en discusión, Buenos Aires, Sudamericana. Chaunu, Pierre: 1987 Historia cuantitativa, historia serial; México, Fondo de Cultura Económica. De Certeau, Michel: 1993 La escritura de la historia, México, U. Iberoamericana. Fevbre, Lucien: 1974 Combates por la historia, Barcelona, Ariel. Foucault, Michel, 19797 La arqueología del saber, Buenos Aires, Siglo XXI. Frampton, Kenneth: 1993 Historia crítica de la arquitectura moderna, Barcelona, Gustavo Gili) Gabilondo, Ángel: 1990 El discurso de la acción, Barcelona, Anthropos. Gadamer, Hans-Georg: 1993 El problema de la conciencia histórica, Madrid, Tecnos. Giedion, Sigfried: 1954 Spazio, tempo ed architettura, Milano, Hoepli. Jaspers, Karl: 1985 Origen y meta de la historia, Madrid, Alianza. Kahler, Erich: 1966 ¿Qué es la historia?, México, Fondo de Cultura Económica. Landgrebe, Ludwig: 1975 Fenomenología e historia, Caracas, Monte Avila. Marina, José Antonio: 1994 Teoría de la inteligencia creadora, Barcelona, Anagrama. Ricoeur, Paul: 1988 Tiempo y narración, Madrid, Ediciones de la Cristandad. Rossi, Aldo: 1986 La arquitectura de la ciudad, Barcelona, Gustavo Gili. Richard, Jean-François: 1995 Les activités mentales, Paris, Armand Colin. Tafuri, Manfredo: 1977 Teorías e historia de la arquitectura Barcelona, Laia. Veyne, Paul: Comment on écrit l'histoire, Paris, Du Seuil, 1979. White, Hayden, 1992 Metahistoria. La imaginación histórica, Madrid, Fondo de Cultura Económica de España. Zevi, Bruno:1950 Architettura eStoriografia, Milano, L.E.Politecnica. 1955 Storia dell'architettura Moderna Torino, Einaudi. 1 Este tema, lo he desarrollado en relación al diseño, en el trabajo "El diseño como Problem Solving", edición restringida para la Carrera Docente de la FADU/UBA, 1995. 2 La bibliografía usada en el trabajo mencionado en la nota anterior es: Bateson, Gregory: 1991 Pasos hacia una ecología de la mente (Buenos Aires:Planeta/Carlos Lolhé); Bruner, Jerome: 1989 Acción, pensamiento y lenguaje (Madrid:Alianza Editorial); De Groot, A.D.: 1965 Pensamiento y elección en ajedrez, en Wason, P.C., Johnson-Laird, P.N. (ed.): 1968 Thinking and Reasoning (Hardmondsworth:Penguin Books) p.145; Dennett, Daniel C.: 1991 La actitud intencional (Barcelona:Gedisa); Gardner, Howard: 1988 La nueva ciencia de la mente (Barcelona:Paidós); Hintikka, Jaako: 1980 Las intenciones de la intencionalidad, en Manninen et al., p.10); Johnson, Mark: 1991 El cuerpo en la mente (Madrid:Debate); Kosslyn, Stephen: 1986 Capacidad para formar imágenes mentales. En Sternberg, Robert J. (ed.): Las capacidades humanas (Barcelona:Labor), p.195; Lera, Sebastián G.: 1981 Architectural designers' values and the evaluation of theirs designs, en Design Studies, Vol.2 Nº3, julio 1981, p.131; Luhmann. Niklas: 1983 Fin y Racionalidad en los Sistemas (Madrid:Editora Nacional); Marina, José Antonio: 1993 Teoría de la inteligencia creadora (Barcelona:Anagrama); Merlau-Ponty, Maurice: 1985 Fenomenología de la percepción (Barcelona:Planeta/Agostini); Neisser, U.: 1963 The Multiplicity of Tought. British Journal of Psychology.Vol. 54, p.1. En Wason, P.C., Johnson-Laird, P.N. (ed.): 1968 Thinking and Reasoning (Hardmondsworth:Penguin Books) p.307; Piaget, Jean: 1952 The Origins of Intelligence in Children (International University Press). Cit. en Vega.; Ricoeur, Paul: 1977 La metafora viva (Buenos Aires:Asociación Editorial La Aurora); Sartre, Jean Paul: 1982 Lo Imaginario (Buenos Aires:Losada) |