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COMENTARIO DE TEXTO: ANTONIO MACHADO DEL PASADO EFÍMERO Este hombre del casino provinciano, que vio a Carancha recibir un día, tiene mustia la tez, el pelo cano, ojos velados de melancolía; bajo el bigote gris, labios de hastío, y una triste expresión que no es tristeza, sino algo más y menos: el vacío del mundo en la oquedad de su cabeza. Aún luce de corinto terciopelo chaqueta y pantalón abotinado, y un cordobés color de caramelo, pulido y torneado. Tres veces heredó; tres ha perdido al monte su caudal; dos ha enviudado. Sólo se anima ante el azar prohibido, sobre el verde tapete reclinado, o al evocar la tarde de un torero, la suerte de un tahúr, o si alguien cuenta la hazaña de un gallardo bandolero, o la proeza de un matón, sangrienta. Bosteza de política banales dicterios al gobierno reaccionario, y augura que vendrán los liberales, cual toma la cigüeña al campanario. Un poco labrador, del cielo aguarda y al cielo teme; alguna vez suspira, pensando en su olivar, y al cielo mira con ojo inquieto, si la lluvia tarda. Lo demás, taciturno, hipocondríaco, prisionero en la Arcadia del presente, le aburre; sólo el humo del tabaco simula algunas sombras en su frente. Este hombre no es de ayer ni es de mañana, sino de nunca; de la cepa hispana no es el fruto maduro ni 'podrido, es una fruta vana de aquella España que pasó y no ha sido, esa que hoy tiene la cabeza cana. Antonio Machado, Campos de Castilla 1.- Lectura y comprensión del texto Aclararemos las palabras y expresiones que puedan presentar dificultades de comprensión: Carancha: Originalmente «Cara Ancha» es el nombre artístico de un famoso torero, José Sánchez del Campo, nacido en Algeciras (Cádiz) en 1848. Se hizo famoso porque ejecutó con éxito, por primera vez, la suerte de matar recibiendo, cuadrándose el diestro y conservando esta postura, sin mover los pies al dar la estocada y resistiendo la embestida. Mustia: Lánguida, marchita, triste. Tez: superficie del rostro humano. Hastío: disgusto, tedio, aburrimiento. Un cordobés: un sombrero cordobés. Monte: juego de envite y azar. El azar prohibido: el juego de cartas. Tahúr: jugador, aficionado al juego de cartas o hábil en él. Jugador fullero. Banales dicterios: insultos vacíos de contenido. Gobierno reaccionario: gobierno con tendencia tradicionalista en lo político, opuesto a las innovaciones. Augura: adivina, presagia, precisa el futuro. Liberales: los que profesan doctrinan favorables a la libertad política en los Estados. Se opone a reaccionario. Taciturno: Triste, melancólico, apesadumbrado. Hipocondriaco: Que padece hipocondría («afección caracterizada por una gran sensibilidad del sistema nervioso con tristeza habitual y preocupación constante y angustiosa por la salud»). La Arcadia del presente: Situación idílica, referente al campo. 2.- Localización El poema «Del pasado efimero» pertenece al libro Campos de Castilla en su versión ampliada de 1917. Su autor es el poeta sevillano Antonio Machado (1875 1939). Este poema figura en Poesías completas con el número CXXXI. El primer libro de A. Machado, Soledades (1903) es una buena muestra del Modernismo que se inclina hacia el intimismo y el simbolismo y rechaza la decoración deslumbrante y la palabra retórica. Esta visión personal del Modernismo se profundiza en su siguiente libro Soledades, galerías y otros poemas (1907), que añade nuevos poemas a los 29 que salva del libro anterior. Con Campos de Castilla (1912) la poesía machadiana evoluciona hacia los temas característicos de la Generación del 98: recoge poemas sobre el paisaje y el hombre soriano junto a otros como el que estamos comentando en los que muestra su preocupación por el denominado Tema de España. En el libro Nuevas canciones (1924) se intensifica el aire sentencioso de su poesía o el de canción popular, mientras otros poemas cantan con mayor depuración expresiva el paisaje castellano o el andaluz. 3.- Estructura 3.1 Estructura interna El poema se puede estructurar en tres apartados: Apartado a) Se nos ofrece el retrato físico de un «señorito» rural (vv. 1 12). Las formas verbales predominantes están en presente de indicativo, tiempo apropiado para la descripción cuando se sitúa en el presente. El verso 12, heptasílabo, que rompe el ritmo de los endecasílabos anteriores, nos marca el fin de esta parte y el comienzo de la siguiente. Apartado b) El poeta nos describe los rasgos de su carácter como prototipo de una determinada clase social: los señoritos ricos y vacíos de mollera (vv. 13 32). En este apartado se pueden distinguir dos subapartados: 1. Se nos sintetiza su historia económica (vv. 13 y 14). Los verbos aparecen en pretérito perfecto simple y compuesto. 2. Se nos describe su carácter como paradigma de una determinada clase social, característica de la España rural (vv. 15 32). Los verbos vuelven al presente de indicativo. Apartado c) Reflexión que se hace el poeta sobre las consecuencias que para España se derivan de la existencia de este tipo social que ha descrito en los versos anteriores (vv. 33 38). Se acentúa el valor temporal, conjugándose el presente, pasado y futuro. 3.2 Estructura externa (métrica) El poema consta de 38 versos de los cuales 36 son endecasílabos y 2 heptasílabos (vv. 12 y 35). La parte del poema en que se lleva a cabo el retrato físico y moral del «señorito» consta de ocho cuartetos con rima consonante (ABBA) sólo interrumpidos por un verso heptasílabo en el tercer cuarteto, que, como hemos observado, marca el paso a la segunda parte del poema. La tercera parte del poema posee una estructura diferente (vv. 33 35): el poeta intercala un pareado antes del último cuarteto (vv. 33 y 34), y dentro de éste, otro heptasílabo (v. 35) subraya el verso que resume a idea del poema: [este señorito] es una fruta vana. 4.- Resumen del contenido (argumento) El poeta tras describimos física y moralmente a un «señorito» rural, reflexiona sobre esa clase social y concluye que no ha representado nunca a España. 5.- Determinación del tema Crítica de la vaciedad de la clase social de los «señoritos» rurales mostrada a través del retrato de uno de sus tipos más representativos. 6.- Forma de elocución La forma de elocución predominante es la descriptiva. El poeta caracteriza física y moralmente a un «señorito» español (retrato) 7.- Análisis conjunto de contenido y expresión La primera parte del poema comienza con el demostrativo este, que posee un contenido deíctico o señalador: en virtud de este demostrativo, el sintagma este hombre se convierte en modelo o prototipo de esa clase social de los señoritos (Machado tuvo ocasión de contemplarlos al natural cuando asistía al casino de Baeza) hastiados y aburridos que sólo se divierten jugando a las cartas o yendo a las corridas de toros. La primera caracterización que se hace del personaje es su afición a los toros: que vio a Carancha recibir un día. Prosigue la caracterización con la descripción física del «señorito», centrada en su rostro y en su manera de vestir. La adjetivación con que caracteriza sus rasgos físicos tiene en común su referencia a la idea de caducidad y vejez: tez mustia pelo cano ojos velados de melancolía bigote gris labios de hastío expresión triste La caracterización termina con la idea de vaciedad que es la fundamental en todo el poema: el «señorito» posee el vacío del mundo en la oquedad de su cabeza. Las ideas, la inteligencia brillan por su ausencia en esta clase social. La descripción de su indumentaria se inicia con el adverbio aún, marcando la temporalidad del poema y señalando la presencia del pasado en el presente (vv. 9 12): la manera de vestir tradicional andaluza, nos informa de su espíritu conservador, ya caduco. En la segunda parte del poema se nos describen los rasgos morales del «señorito» como paradigma de una clase social, caduca y vacía. En primer lugar se nos informa de que toda la fortuna que tiene es heredada, no ganada con el propio esfuerzo: destacan en este resumen de su historia económica el uso de los numerales cardinales: tres veces heredó; tres ha perdido al monte su caudal; dos ha enviudado. Se nos muestra así toda la historia del personaje ligada a la herencia, al juego y al matrimonio (que parece que también tiene importancia en la historia económica del personaje, ya que, implícitamente, en el contexto en que aparece, parece que los dos matrimonios han sido de conveniencia). La yuxtaposición de las tres oraciones que resumen su historia nos sugiere la rapidez con que se ha sucedido todo. El «señorito» se aburre. Sólo se anima ante el juego, los toros o ante alguna historia de un tahúr, matón o bandolero. A continuación, Machado critica las ideas políticas de su señorito y al mismo tiempo está satirizando la abulia, la caducidad y el vacío mental de toda la sociedad española de la época. A. Machado, como a todos los escritores del 98 «le duele España», esta España que bosteza singularizada en el señorito. En el aspecto religioso, el personaje sólo se acuerda de Dios cuando su actuación puede influir en su economía, de carácter rural: sólo mira al cielo cuando tarda la lluvia; todo lo demás le aburre. El tono irónico con que se nos han descrito los rasgos morales del personaje se acentúa con el sarcasmo contenido en los versos 31 32: sólo el humo del tabaco simula algunas sombras en sufrente. Su frente, su inteligencia está completamente vacía, sólo las volutas de humo del tabaco simulan que tiene algo en la cabeza. En la parte final del poema, Machado extrae las consecuencias de la existencia de la clase social singularizada en el personaje descrito. Desde el punto de vista de la expresión, el poeta retorna la expresión que encabezaba el poema este hombre para enlazar su reflexión con todos los versos anteriores. Mediante el paralelismo y el polisíndeton se nos dice lo que es y lo que no es el personaje: no es ... ni es ... sino... no es ... ni es ... es... la frecuencia del uso del verbo ser nos está diciendo que Machado está reflexionando sobre la esencia de su personaje. También el elemento temporal, tan exaltado por Machado, tiene su importancia en esta parte final del poema: la esencia de esta forma de ser no ha sido nunca la esencia española, ni el pasado (no es de ayer), ni en el futuro (ni es de mañana), ni en el presente (no es el fruto maduro ni podrido). La forma de ser de estos señoritos, de esta clase social que representan es: una fruta vana de una España que pasó, pero que no ha tenido ningún valor, esa España oficial ya envejecida y caduca. 8.- Conclusión El poema que acabamos de comentar nos muestra a un Machado preocupado por la realidad nacional, por el tema de España, lo que nos permite incluirlo en la denominada Generación del 98. con recursos expresivos relativamente sencillos nos ha mostrado la vacuidad de un personaje, de la clase social a quien representa y, en definitiva, a la España oficial de su época vieja, caduca y vacía. NOTA: Aquí tienes un modelo por el que te puedes guiar para hacer el comentario de los poemas para el trabajo de la lectura. |
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