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PAUTAS PARA TRABAJAR LA PELÍCULA ![]() ![]() “ARRUGAS” ![]() PAUTAS DE PRESENTACIÓN A TENER EN CUENTA:
CRÍTICA 1 La posición madura, adulta y seria de “Arrugas” relega la propuesta a una posición extremadamente dramática. Me es difícil ubicar cinematográficamente el conjunto de material adaptado de Paco Roca relegando a los documentales aparte. “Dejad paso al mañana” y “Cuentos de Tokio” siempre han sido los grandes referentes sobre los caminos de la vejez pero basaban su encanto en la perfecta narración y explotación de los conflictos paterno-filiales. “Arrugas” contiene una pequeña dosis de los mismos pero su material trágico juega en otros derroteros. Lo normal es que se utilice la enfermedad de Alzheimer con fines dramáticos generando dramas románticos (“El diario de Noa” o “Lejos de ella”) o recursos conmovedores y tremendamente sentimentales vistos con “El hijo de la novia” como máximo y exitoso exponente. Pero “Arrugas” trata el tema desde la honestidad. Desde su arranque presenciamos cómo somos partícipes del mal que sufre su personaje principal. Estamos dentro de su mente para pasar a ser los espectadores de su descenso al infierno que le toca por vivir: dejar de ser la persona que fue para convertirse en juguete roto e inservible para la sociedad y también para sí mismo. No hay exaltación de la enfermedad con desfase sentimental aunque algunas secuencias conmuevan hasta las entrañas. “Arrugas”, en resumen, quiere explorar otros terrenos aunque conlleve dotar de negrura al conjunto. Se trata de vivir el día a día mientras que los recuerdos se evaporan pero el temor no es retenerlos sino no acabar siendo uno mismo, perderse y convertirse en ese objeto abandonado por otros, apartado totalmente de la familia y relegado por la humanidad a un cuarto oculto e invisible a la misma. El pánico de subir al final de las escalares que delimitan el cementerio viviente al exilio y al prácticamente abandono de sus seres queridos. El paso a la muerte en vida. No es que “Arrugas” quiera proponer un debate sobre la eutanasia o las residencias geriátricas y el papel que desempeñamos nosotros, como hijos, en ese destierro y expulsión al que sometemos a nuestros mayores. La historia, eso sí, es tan dura que el formato, estilismo y la animación acolcha el dramatismo. También sus incursiones cómicas y nostálgicas pretenden abrir otras vías a la evocación de los recuerdos. Puede que ahí estuviera parte de la película perdida que ablandase el conjunto antes que algunos mordiésemos el hueso duro. El filme de Ignacio Ferreras podría equilibrar la balanza entre esa gran historia de amistad que cuenta con esas introspecciones de los secundarios. Tal vez, ya sea ante tanta sobredosis dramática y terminal o por remordimientos emocionales, se permita concedernos saber qué ocurre con sus personajes principales cuando debería correr el velo del misterio. O también no incluir un fallido epílogo donde, además de demostrar no saber rematar la película, se muestra un exceso de incoherencia anímica con lo mostrado previamente. CRÍTICA 2 Una pareja va a pedir una hipoteca al banco y ante la indignación de estos no se la consiguen. ¿Una película sobre la crisis? No. El que les atiende es un anciano con principio de Alzheimer que a veces cree que sigue siendo joven y siendo el director del banco que fue. Los supuestos clientes son su nuera y su desesperado hijo, que reacciona enfadado ante sus lagunas mentales y el que esto les rompa su vida cotidiana por lo que optan por meterlo en una residencia. Así arranca Arrugas, golpeándote duramente (cosa que hará más veces durante el metraje) y captando tu atención desde el inicio. Emilio (que así se llama el protagonista) se encontrará en su a partir de ahora nuevo hogar, con gente con todo tipo de dolencias y vivencias, muchas de ellas, al igual que las suyas, perdidas de la memoria por el Alzheimer o enfermedades similares. El primero con el que se encontrará es con Miguel, un argentino dicharachero a la vez que cara dura, que parece estar allí por el placer de remugar y porque es más barato que un hotel dado que a diferencia de los demás que los han "dejado" allí sus familiares, él no tiene descendencia. Se dedica a sacar dinero aprovechándose de los problemas de los enfermos con la excusa de que eso les mantiene activos y los hace felices. Entre él y Emilio irá surgiendo una hermosa y entrañable amistad. Asistimos a la degeneración neuronal del protagonista, en un último tramo de lucidez apartado de los suyos pero cargado de nuevas amistades y experiencias e incluso alguna loca aventura. Como decía siempre mi padre: "la vejez, que triste es", pero también puede ser divertida y es que Arrugas es de esas joyas del séptimo arte que es capaz en una misma escena de sacarte una lágrima y una sonrisa y repetirlo varias veces a lo largo de su metraje. Quedará ya para siempre en mi recuerdo la historia de Dolores y su marido Modesto "el tramposo". Solo de recordarla mientras escribo estas líneas se me encoge el corazón y cuesta aguantar las lágrimas. Una película que nos acerca a nuestros mayores y a una enfermedad por desgracia cada vez más extendida. Una obra que podría considerarse hasta didáctica y que sin duda es de lo mejor que llevamos estrenado en cines este 2012. |
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