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Tema 6 El apogeo del Siglo XVI 5.4 La política interior del reinado de Felipe II: El asunto del príncipe Don Carlos; el caso de Antonio Pérez y la rebelión morisca de las Alpujarras Llevó hasta el exceso su política absolutista. Trasladó la capital a Madrid, a El Escorial. Hispanizó el poder. Retrasó el ritmo de la maquinaria del Estado por la burocracia. Castilla fue aplastada por los impuestos y la corrupción. Hubo de hacer frente a varios problemas internos: El de D. Carlos, hijo de Felipe II, muerto en extrañas circunstancias, el de su secretario Antonio Pérez, que contribuyó al desarrollo de la Leyenda Negra y la rebelión de los moriscos de las Alpujarras. A partir de 1568 se produjo un viraje en su política: España se cierra en sí misma, lo que algunos han llamado tibetización (no será la única vez en su historia). Es la España de la Contrarreforma, auspiciada por el Concilio de Trento (1545-1563). Hay un anquilosamiento científico, un reforzamiento de la Inquisición, se prohíben los libros extranjeros, se prohíbe estudiar fuera de España. El asunto del principe D. Carlos, hijo de Felipe II y María de Portugal, de difícil carácter y débil constitución física, En 1560 Felipe II lo presentó a las Cortes de Toledo y fue jurado heredero de la corona. La circunstancia histórica del casamiento del rey con Isabel de Valois, princesa de 14 años que estaba en principio destinada al príncipe Carlos, planteó ya el primer problema grave y surgió la leyenda que habla de celos y rivalidad entre Carlos y su padre. Lo cierto es que existía un mutuo aborrecimiento entre el príncipe y su progenitor. Un accidente, tras una enfermedad, debilitó mucho su salud. En 1565 pretendió huir a Flandes y allegó fondos para la empresa, pero el 18 de enero de 1568 Felipe II mandó arrestarlo e incluso le abrió un proceso. La prisión acentuó su locura y el enfermo falleció el 25 de julio de 1568, a los 23 años de edad, sin haber recibido la visita de su padre ni aun de sus amigos, a quienes el rey lo prohibió. La leyenda negra creada por Antonio Pérez y el príncipe de Orange presentó a Carlos como víctima de su padre, pero la historiografía moderna, basada en las fuentes coetáneas, exime a Felipe II de la supuesta responsabilidad en el trágico fin de su hijo, al que consideran un desequilibrado a causa de una fatal herencia paterna y materna. Otro problema fue el de Antonio Pérez, que fue procesado por la muerte de Escobedo, secretario de Don Juan de Austria. Fue encarcelado, escapó y se refugió en Aragón, de donde era natural. Allí solicitó el Privilegio de Manifestación, fuero especial que ponía al refugiado bajo la jurisdicción del Justicia Mayor, que era en Aragón el encargado de arbitrar los conflictos entre el rey y los nobles. El tribunal aragonés absuelve a Antonio Pérez y Felipe II logra que lo procese la Inquisición por hereje. Antonio Pérez es liberado por el pueblo de la cárcel de la Inquisición, donde estaba retenido. Huye a Francia e Inglaterra y revela secretos de Estado, contribuyendo a la Leyenda Negra con sus escritos. Un ejército real invade Zaragoza y el Justicia Mayor, Juan de Lanuza, es ejecutado junto a otros personajes aragoneses. El rey recorta los fueros aragoneses en las Cortes de Tarazona de 1592. Se trata, por tanto, de una lucha entre el absolutismo centralista de Felipe II y los deseos de autonomía –de conservar sus fueros- de Aragón. La rebelión de las Alpujarras (1568-71) fue dirigida por Aben Humeya, noble morisco español descendiente de los Omeyas, que abjuró del cristianismo. Se sublevan los moriscos3 granadinos y se hacen fuertes en las Alpujarras, zona montañosa de la provincia de Granada. Las razones de la sublevación fueron su delicada situación económica y la prohibición de hablar árabe y seguir con sus costumbres musulmanas. Los turcos –musulmanes como los moriscos, aunque estos últimos teóricamente eran cristianos- les habían prometido su apoyo. Los turcos, dueños del Mediterráneo, estaban en guerra con la Cristiandad y suponían un peligro cierto para ésta. Se trataba también, una vez más, de conseguir un Estado lo más homogéneo posible. Don Juan de Austria dominó la sublevación. Debido a su elevado número y a su agricultura especializada, Felipe II no los expulsó sino que los deportó a otras regiones:4Soria, Burgos, Palencia, Zamora Ávila, Segovia, Salamanca y León. |