Revisemos los deícticos cuando los empleemos, con el fin de no señalar lo que no nos interesa. 3. 4 ¿DONDE DICE USTED? Algunas veces me encuentro textos de alumnos en los que se emplea el donde con poquísimo rigor: *El bilingüismo es un fenómeno que se produce al hablar dos lenguas, donde encontramos varios tipos: bilingüismo social y bilingüismo individual. ¿Qué ha pasado aquí? El alumno que lo escribió entendió que donde puede emplearse como deíctico, para señalar lo ya enunciado. Tiene parte de razón, ya que donde es un útil adverbio deíctico; pero no ha reparado en que donde es también un adverbio DE LUGAR. Donde se refiere siempre a un lugar, o a algo que pueda entenderse como lugar: El bilingüismo es un fenómeno que se produce al hablar dos lenguas, y del cual encontramos varios tipos...
Es en el Quijote donde Cervantes alcanza la perfección de su obra. (Aquí es correcto)
*En el siglo XVII es donde se evidencia el declive de España (incorrecto: deberíamos decir “es cuando”) 3. 5 - EL PUES QUE, EL ES QUE, EL ES CUANDO Y EL QUE PARA ABRIR UN TEXTO Algunos alumnos trasladan a sus escritos ciertas muletillas propias de la lengua oral, entre las que se encuentran las ya enunciadas. Es muy incorrecto comenzar una respuesta con ellas, especialmente por escrito. Obsérvese el absurdo del siguiente enunciado Pues que debemos diferenciar vulgaridad de vulgarismo. Esto no dice nada ¿verdad?. El alumno respondía así a una cuestión de examen, en la que se le pedía que mostrase el tema de un texto. El alumno se ha lanzado a escribir sin considerar que SE ESCRIBE ALGO PARA QUE LO LEA ALGUIEN, olvido que provoca la mayor parte de los errores en la escritura. Lo correcto hubiera sido redactar la respuesta de una manera más clara: El tema del texto consiste en la diferencia entre vulgaridad y vulgarismo. 3. 6 - EL PERO QUE NO ES PERO, Y EL AUNQUE QUE NO ES AUNQUE Alguna vez me he encontrado con enunciados tan chocantes como estos: *Es una obra escrita en verso, pero la escribió cuando ya era viejo.
*Garcilaso era toledano, pero era poeta
*En el texto hay varios verbos en pretérito imperfecto, aunque también existen adjetivos. Los dos primeros ejemplos parecen decir que los ancianos no pueden escribir poesía, y que los toledanos tampoco. El tercero es un puro disparate sin sentido. Supongo que los errores se deben a un repentino “cambio de rumbo” en la oración. El error es tan gordo que se habría detectado a la primera revisión; pero sus autores no revisaron sus trabajos. Cuidado con los aunque y los pero, pues. Solo deben emplearse cuando la proposición que encabezan limita o restringe el significado de la otra: Es una obra escrita en verso, y la escribió cuando ya era viejo.
El poeta Garcilaso era toledano.
En el texto predominan los verbos en presente, aunque encontramos también formas en pasado.
Es una mujer anciana, pero todavía vigorosa En todo caso, el tercer ejemplo debería redactarse así: En el texto hay varios verbos en pretérito imperfecto, y también adjetivos. (El alumno, por cierto, trataba de señalar los rasgos de la descripción). 3. 7 - EL DOBLE COMPLEMENTO DIRECTO O INDIRECTO Esta incorrección es tan habitual que suele pasar inadvertida. Se da cuando repetimos innecesariamente uno de los dos complementos, como en Le (1) dijo a su padre (2) que viniera, o en A los españoles(1) les (2) ocurrieron grandes desgracias bajo el reinado de Fernando VII. Cuando se duplica el C.I. no incurrimos en una falta grave (a veces es necesario, para incidir en la importancia de un elemento de la oración); pero sí es incorrecto duplicar el CD: *Al atracador lo detuvo la policía (por La policía detuvo al atracador)
*Estas palabras las emplean algunas personas incorrectamente (por Algunas personas emplean estas palabras incorrectamente) Repito que a veces pueden duplicarse, ya para incidir en la importancia de un miembro de la oración, o ya para evitar ambigüedades de significado: Compré un regalo para ella, pero se lo entregué a él. OJO: Es inadmisible la reduplicación cuando los dos CD o los dos CI no concuerdan en número o género: *No le tiene miedo a los atracadores (por No les tiene miedo a los atracadores)
4. ERRORES EN EL EMPLEO DE VERBOS
4. 1 - EL TUTEO NO MARCA IMPERSONALIDAD Acaso éste sea el error más frecuente (y horripilante) de todos los que aparecen en los escritos de muchos alumnos. Ocurre porque, a menudo, el alumno traslada al nivel formal propio de un texto otros usos de la lengua coloquial: El bilingüismo consiste en que hablas dos lenguas, sin dar a una más importancia que a la otra. Y a veces se llega a extremos que podrían ser risibles: Unamuno se preocupa mucho por la existencia de Dios, ya que le angustia no saber qué ocurre cuando te mueres En un escrito, es incorrectísimo el empleo de la segunda persona para expresar la generalidad o la impersonalidad (aunque no sea incorrecto en el uso coloquial). Es fácil sustituir los verbos anteriormente subrayados por hablar y tras la muerte, respectivamente. Normalmente, este error suele hallarse aparejado con otros que dan resultados casi infantiles (especialmente si el es cuando ataca de nuevo: El bilingüismo es cuando hablas dos lenguas... ). 4. 2 - GERUNDIO DE POSTERIORIDAD, Y OTROS ESPANTOS El gerundio de posterioridad consiste en el empleo del gerundio para expresar una consecuencia o acción posterior a la de la oración principal. Es un error frecuentísimo y feo. *En el año 1605, Cervantes publicó el Quijote, resultando la novela más importante de la historia de la narrativa. El gerundio debe expresar siempre simultaneidad. Sería correcto: En el año 1605, Cervantes publicó el Quijote, ofreciendo así la novela más importante de la historia de la narrativa. (Observa: publica y ofrece, a la vez). También podemos arreglarlo usando otra construcción: “En el año 1605, Cervantes publicó el Quijote, que resultó ser la novela más importante de la historia de la narrativa”. El error es muy frecuente entre los periodistas: “Raúl metió otros dos goles, consiguiendo la victoria para su equipo” (debería decirse “y consiguió”). Sin embargo, en esta oración no parece tan chocante el empleo del gerundio ¿verdad? Ocurre porque el gerundio de posterioridad es menos aceptable cuanto más tiempo transcurre entre la acción principal y la secundaria o subordinada. — Otro horrible empleo del gerundio es el extraño gerundio aislado, que a veces puede parecernos muy culto porque lo hemos visto en revistas y publicaciones que tratan de hacerse los finos. Este gerundio es un vulgar anglicismo, de uso inelegante. Veamos unos ejemplos: El latín vulgar evoluciona debido al aislamiento de las diversas zonas. Fragmentándose en áreas diferenciadas. Dando lugar a diferentes dialectos y después, a diferentes lenguas como el castellano, el portugués, el catalán, el gallego, el francés... En el ejemplo anterior tenemos además errores añadidos. Al gerundio de posterioridad se añade ese horrendo empleo aislado. Veamos otra muestra: Todos deberíamos escuchar a los demás para poder emitir nuestra opinión. Teniendo en cuenta sus ideas para elaborar las nuestras. La intolerancia comienza por no querer escuchar. ¿Por qué se ha producido este error? La alumna que esto escribió quería dar una importancia especial a la oración que contiene el gerundio, y por ello lo aisló. Pensó que así quedaría más llamativo. Desde luego quedó llamativo, pero no como ella esperaba. — El único empleo aceptable del gerundio aislado (es decir, que no dependa de otro verbo) es el llamado “uso adjetivo”, y que suele emplearse junto a cuadros, fotografías y otros mensajes gráficos, para explicar lo que contienen: “Napoleón arengando a sus tropas”; “La legión española patrullando por la zona”; “El actor Santiago Segura recibiendo el Oscar de Hollywood”. Nótese que no son oraciones con sentido completo. También puede emplearse en oraciones que indican valor modal (“Descubrieron al ladrón comparando las huellas digitales” equivale a “lo descubrieron así”) o bien simultaneidad de acciones: “Descubrió al niño zampándose la tarta”; pero en ambos casos observemos que siempre depende el gerundio de un verbo principal (como en “Descubrió al niño cuando se zampaba la tarta”). 4. 3 - EL INFINITIVO “SIOUX” (o “infinitivo radiofónico”) Con todo respeto al bravo pueblo de Toro Sentado, llamo así a este infinitivo porque parece sacado de una película de indios. También se le suele llamar “infinitivo radiofónico”, por lo mucho que aparecía en la radio y hoy por todas partes. Mucha gente cree que es un uso lingüístico muy fino, pero no. Consiste en emplear el verbo de una oración en el más crudo infinitivo, sin conjugarlo ni mucho, ni poco. Suele emplearse muchas veces para encabezar o cerrar un escrito: *En primer lugar, agradecerle su interés por nuestra Enciclopedia.
*Para terminar, decir que esperamos mantener su interés en el futuro. (En ambos casos debería conjugarse el verbo: ”le agradecemos”, “decimos” —aunque en la segunda oración podrían ahorrarse todo ese “para terminar, decir que”—) Por alguna razón que no conozco, este despropósito ha adquirido una difusión extraordinaria. El ejemplo lo he sacado de una carta comercial que ha llegado a mi casa. En los exámenes y ejercicios diversos aparece también en abundancia, acaso por influjo de esta prosa ramplona, repetitiva y poco despierta de los medios de comunicación. 4. 4 - DEBER Y DEBER DE Es frecuentísimo el mal empleo de estas dos perífrasis verbales, incluso en hablantes cultos. Aclaremos su significado de una vez por todas:
DEBER + INFINITIVO expresa OBLIGACIÓN: Debes venir con nosotros. Muchos chicos deberían tener más consideración con los ancianos. DEBER DE + INFINITIVO expresa PROBABILIDAD: Debe de ser tardísimo. Esa chica debe de ser francesa. 4. 5 - EL DEQUEÍSMO, Y OTROS EXTRAÑOS EMPLEOS DE DE Dentro de los variados usos incorrectos de de, sobresale el empleo de los siguientes en el ámbito de nuestra región. No abundan demasiado en los escritos (¡gracias a Dios!), pero aparecen ocasionalmente y merecen una explicación:
1) El dequeísmo El dequeísmo ya ha sido ampliamente explicado en clase. Recordemos aquí que consiste en el empleo incorrecto de la preposición de ante un complemento directo (generalmente una proposición subordinada sustantiva) que no la necesita. Así pueden cometerse incorrecciones del tipo *Me pidieron de que viniese temprano, por Me pidieron que viniese temprano, Se produce el dequeísmo al copiar construcciones correctas de verbos que rigen la preposición de, tales como hablar de , irse de (fiesta, p.ej.)
Es fácil de evitar. Sustituyamos la proposición sospechosa por lo, la, los, las; y veamos entonces si tiene sentido: Me lo pidieron. Si tiene sentido, entonces el de es innecesario. 2) Otros casos de de intruso junto a verbos que no lo necesitan. — El habla local en la región circundante de Belmonte no abunda en errores graves, pero es muy propensa al empleo de algunas construcciones incorrectas con la preposición de ante infinitivo. A veces se oyen expresiones como: *Me han hecho de venir aquí en vez de Me han hecho venir
*Me dicen de ir con ellos en vez de Me dicen que vaya con ellos. Suele ocurrir quizá porque otras construcciones correctas extienden su ejemplo por prestigio, como en En el gobierno se habla del nuevo presupuesto. Ocurre lo mismo que en el caso anterior: se sustituye una proposición sustantiva de complemento directo por una construcción que imita el complemento de régimen o suplemento, sin serlo. Podemos evitarlas del mismo modo (probando la sustitución con lo, la, los las ). — A veces la construcción de + infinitivo se emplea erróneamente como complemento de régimen o suplemento en construcciones como en *Merece la pena de verlo (por Merece la pena verlo). Observemos que el verbo tampoco funciona como tal complemento de régimen, sino que es una subordinada de infinitivo con valor de sujeto. Sustitúyase por “tal cosa”, o bien por eso, ése, ésa, ésos, ésas. Si puede sustituirse, no hará falta la preposición de.
— Por último, los de se nos cuelan en oraciones como *Es un libro de obtener muchos premios, *Es un oficio de mucho trabajar, que calcan estructuras corrientes y aceptables tales como es digno de ver. La mejor recomendación para estos casos es el afinar el oído lingüístico con los modelos fiables. (No son fiables en absoluto ni la radio, ni la televisión)
  
|