Las causas profundas, situación económica. Las repercusiones de la introducción de metales en América. 1






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títuloLas causas profundas, situación económica. Las repercusiones de la introducción de metales en América. 1
fecha de publicación12.07.2015
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Causas y antecedentes de la Revolución Hispanoamericana.
El presente repartido, tiene como objetivo, presentar, las diferentes regiones (no todas, lo cual es imposible, pero sí las más relevantes) de Hispanoamérica, para comprender, las particularidades y los problemas, que se agudizarán cuando surja la revolución. Uno de los principales problemas, manejados, no solo por los autores citados aquí, sino por otros, es la extensión del Imperio Español y la incapacidad administrativa de éste para la administración, de tan extensos territorios.

Un problema, derivado del anterior, será la autonomía que van adquiriendo las respectivas administraciones, así como la independencia de los criollos, quienes comenzarán a buscar, con mayor fuerza cargos y notoriedad. Elementos estos que disputarán a los peninsulares.

Un factor externo, adquiere importancia en el siglo XVIII, se trata del desplazamiento de España como potencia de primer orden y la aparición de nuevos rivales, Inglaterra, la principal.
Las causas profundas, situación económica. Las repercusiones de la introducción de metales en América.1
La gran riada de plata americana llegada a Europa provocó numerosos fenómenos. El más conocido es el de consolidación del capitalismo comercial, que se encontraba en plena expansión desde comienzos del siglo XVI y necesitaba gran cantidad de circulante. Otro de ellos fue el desequilibrio en el coeficiente bimetálico entre el oro y la plata. Durante la primera mitad del siglo XVI los europeos recibieron 58.430 kilos de oro y 86.518 kilos de plata, según Pierre Vilar, que mantuvieron el coeficiente bimetálico en una proporción relativamente baja. Céspedes del Castillo estima que entre 1531 y 1660 llegaron a Sevilla por lo menos 155.000 kilos de oro americano y 16.985.000 kilos de plata, añadiéndose a esto que sólo una quinta parte de la última se quedaba en Andalucía, partiendo el resto hacia Castilla y el norte de España, desde donde se distribuía a los centros industrializados de Europa.

Hace más de medio siglo el historiador británico Hamilton atribuyó a la plata americana la crisis económica española y la posterior de Europa. Hasta entonces se había considerado originada por los propios méritos de los españoles y de sus gobernantes: indolencia española, burocracia parasitaria, exceso de bienes en manos muertas, expulsión de la mano de obra morisca, etc. Hamilton indicó que la plata americana elevó rápidamente los precios y los salarios en España originando unas manufacturas más caras que las del resto de Europa, lo que anuló sus posibilidades de exportación, sobreviviendo la crisis. Sostuvo que el progreso industrial y comercial estuvo motivado durante los primeros ochenta años del siglo XVI por un desfase entre salarios y precios, lo que produjo la acumulación del capital (en dicho período mejoró la técnica), mientras que durante la primera mitad del siglo XVII (sin progreso técnico apreciable), el índice de los salarios (tomando como base el periodo1571-80), excepto cinco de ellos, por encima de los precios, lo que anuló los beneficios de los capitalistas, sobreviniendo la ruina de la industria y del comercio. El fenómeno fue más rápido en los lugares próximos a la llegada de la plata, como España y menos acusado en puntos más lejanos al mismo. De aquí que los centros manufactureros europeos dispusieran de mejores condiciones que los españoles para acumular capital y desarrollarse, aunque al cabo también les afectó la inflación.

La primera parte de la tesis de Hamilton tiene todavía vigencia. Es indudable que la llegada de la plata americana originó la subida de precios y salarios en España y está comprobado que las manufacturas españolas tuvieron un valor tan alto en el siglo XVI que les restó competitividad en los mercados internacionales. La segunda parte, en cambio, ha sido muy discutida, pues no se explica por que sobrevivieron determinados centros manufactureros europeos mientras se hundieron otros, ni se aprecia tampoco una proporción directa entre la supervivencia y la distancia que mediaba de Sevilla. Además, aunque los precio habían subido cuatro y cinco veces durante el siglo XVI respecto a la centuria anterior, no ocurría lo mismo con los salarios.

Chaunu trató de explicarnos el problema de la crisis europea del siglo XVII como un fenómeno de saturación de mercado. Esbozó la idea de un gran mercado atlántico, formado por los centros productores manufactureros europeos y los consumidores americanos, analizando el tráfico marítimo como exponente de dicha producción. Concluyó que la contracción del consumo manufacturero americano fue consecuencia de una saturación del mercado producida a comienzos del siglo XVII y que afectó a todo el sistema, comenzando por Sevilla y siguiendo por el resto de Europa, donde la crisis se aprecia a partir de 1620. El gran trabajo del historiador francés peca de un excesivo enfoque sobre el monopolio sevillano. Es dudoso que se pueda medir la producción manufacturera europea por el comercio legal realizado a través de Sevilla y resulta arriesgado medir el tráfico mercantil utilizando solamente el parámetro del tonelaje de la flotas. También existen muchas reservas sobre considerar las Indias como un mercado de oferta y demanda.

Borah, Chevalier y Bakewell argumentaron algunas causas americanas en relación con la disminución de la producción argentífera (plata) en el siglo XVII. Elliot consideró que España fue víctima de su papel de intermediaria entre Europa y América, el cual fue decreciendo paulatinamente. José Larraz incidió en la misma idea al anotar que los centros comerciales europeos fueron prescindiendo progresivamente de España, conectando directamente con las Indias. Otros historiadores se han preocupado de estudiar causales de carácter europeo en la crisis, dejando de lado las de índole americana, lo que ha abierto nuevas perspectivas. Así Braudel y Spooner indicaron que en el siglo XVII hubo menor necesidad de plata que en la centuria anterior por haberse alterado mucho el coeficiente bimetálico, lo que facilitó una plata más barata que anteriormente. Además, se había desarrollado extraordinariamente el sistema crediticio, no siendo necesaria la utilización de tanto circulante. Rugiero Romano anotó que aparte de la plata intervinieron en la crisis otros elementos como la industria manufacturera que elevó el coste de vida y cuyos efectos estudió Denis Richet para el caso de Francia. Wittman llamó la atención sobre el fenómeno centroeuropeo, tan olvidado por los historiadores occidentales. Siguiendo a Stein anotó que Europa central y oriental ayudaron también al capitalismo europeo en la época de la crisis, enviando alimentos, principalmente cereal y reses, que mantuvieron los precios, lo que por otra parte estimuló además el latifundismo en Prusia y Polonia. Otros autores han señalando causas diversas como los estragos de las guerra, las políticas fiscales de algunos estados, los problemas migratorios o el descenso del índice demográfico, todo lo cual enriquece el marco de variables que pudieron incidir en la crisis y que demuestran las relaciones económicas complejas que existían en el siglo XVII. (…) Esta plata fue indudablemente uno de los factores que consolidaron el capitalismo. Pero éste se movió a partir de entonces por su propia inercia, generando problemas característicos en los que quizás América tuvo poco o nada que ver. No pueden atribuirse a las Indias todas las desventuras propias del capitalismo europeo.

Las estructuras políticas, cambios y permanencias.
Aunque Iberoamérica mantuvo durante el siglo y medio transcurrido entre 1550 y 1700 las tres grandes unidades político-administrativas de los virreinatos de México, Perú y el de Brasil, empezaron a generarse procesos de caracterización regional en sus distintas gobernaciones y capitanías. La dificultad de controlar su inmenso territorio determinó la creación de estructuras subregionales con capitales donde se concentraban los poderes de Gobierno, Justicia, Milicia, Hacienda e Iglesia, que fueron actuando centrípetamente para absorber sus entornos jurisdiccionales.
El Virreinato de Nueva España.

El primer virreinato americano se fue convirtiendo en un verdadero microcosmos a fines del siglo XVI pues su jurisdicción se extendía a todas las gobernaciones del Caribe, entre las que figuraban las de Venezuela y Florida, la de Guatemala y la lejanísima de Filipinas, además del propio territorio mexicano. En cada uno de estos territorios se produjo una evolución histórica propia, que fue caracterizando tipologías regionales.

En efecto, el experimentado por los intercambios comerciales con España a partir de 1620 y por la producción minera después de 1630, las dos actividades que más habían influido en el desarrollo de la economía, han servido para afirmar que Nueva España en le siglo XVII sufrió una recesión económica similar a la padecida en Europa. Para Borah y los Chaunu la causa principal de dicha depresión fue la escasez económica de mano de obra, debido a la declinación de la población indígena. El propio F. Chevalier, en un estudio clásico sobre la tierra y sociedad en Nueva España en los siglos XVI y XVII, halló indicios de recesión económica al comprobar que durante la primera mitad del siglo XVII las haciendas del norte se encerraron en un aislamiento y autosuficiencia ante la disminución de la demanda, lo que atribuyó también al declive de la minería. Sin embargo, posteriormente John Lynch y P. Bakewell han esbozado una nueva tesis al señalar que el discurso del comercio transatlántico se debió, más que un colapso, a una transformación de la economía novohispana que se hizo cada vez más autosuficiente y menos dependiente de la metrópoli. Sobre estos planteamientos inciden historiadores mexicanos como Andrés Lima.

Lo que sucede en Nueva España a partir de 1620 parece más bien ser el comienzo de una serie de crisis que afectaron tanto al ámbito político como al económico y que en parte estuvieron inducidas por la presión fiscal.

La fundación de mayorazgos y la adquisición de títulos nobiliarios fueron el remate del proceso antecedente que venía experimentando la élite social criolla. Pero no acabarán ahí sus conquistas, pues en el siglo XVII el criollo va a alcanzar elevadas metas en le campo político, económico, social y cultural. Para su consecución mantendrá una constante lucha con los peninsulares y utilizará todos los resortes a su alcance para evitar competidores contra lo que consideraba sus legítimos derechos e intereses.2

Ahora bien, el grupo criollo carecía de homogeneidad, pues las diferencias económicas y sociales existentes entre los distintos sectores con frecuencia les separaban e incluso les enfrentaban entre sí.

Ellos dominaban tanto el comercio exterior como el interior, y junto con la Iglesia se constituyeron en los principales prestamistas de los mineros, agricultores, pequeños comerciantes y artesanos.

Pero, asimismo, a medida que avanza el siglo estos grandes comerciantes ya no tienden antes a regresar a la península, sino que propenden a quedarse en Nueva España, a comprar oficios de regidores y a enlazar si es posible con la nobleza mediante el pago de cuantiosas dotes. La criollización de este grupo y su ansia de ennoblecimiento a lo largo del seiscientos es manifiesta; del mismo modo que se aprecia una tendencia a que sus hijos abandonen la profesión paterna para engrosar las filas del funcionariado y de los propietarios o rentistas, en un proceso similar al que se observa también en le sector de los mineros.3

Criollos y peninsulares integraban los sectores sociales privilegiados e intermedios, pero otros muchos vivían situaciones más estrechas y ocupaban posiciones sociales bajas en la escala social.4
Algunos adquirirán gran relevancia.
He aquí un ejemplo de rebelión y si se quiere, expresión de disconformidad respecto a las condiciones sociales del Virreinato. Bandas de negros cimarrones comenzaron a actuar en le camino que conducía de Puebla de Veracruz y sobre todo en la sierra, donde atacaban indistintamente a españoles e indígenas. Pero fue entre 1608 y 1612 cuando el movimiento del cimarronaje alcanzó una notable gravedad. La rebelión encabezada por el esclavo fugitivo denominado Yanga en 1609 causó tal temor entre la población blanca que obligó al virrey Luis de Velasco II a emprender una expedición para someterlo por la fuerza, aunque sin resultados positivos, por lo que fue preciso negociar un acuerdo con los rebeldes para poner fin a los ataques.5
Virreinato del Perú.6

En la época de los Austrias el virreinato del Perú englobó muy distintas regiones o
sin que la autoridad del virrey supusiera en la práctica un ejercicio efectivo del mando directamente sobre las Audiencias y gobernaciones subordinadas, sino el reconocimiento de una superior categoría, aunque a veces sí interviniera en algunas de ellas. Así pues, teóricamente dentro del virreinato, Panamá definió en estos siglos su vocación de lugar de paso, Nueva Granada prosiguió la ampliación de su territorio a costa de los pueblos indígenas aún no civilizados, Ecuador inició su andadura provincial basada en su Audiencia, mientras Perú y Charcas experimentaban un apogeo único en su historia, Chile consumió sus fuerzas en la lucha contra los araucanos y las provincias platenses intentaban afianzar sus peculiaridades superando una evidente marginación desde la península.

Nueva Granada.7

La delimitación del territorio neogranadino en la época de los Austrias sufrió no pocas modificaciones pero ya en le siglo XVII comprendía una inmensa extensión del norte de Surámerica, pues junto a la gobernación del mismo nombre, centrada en Santa Fe de Bogotá y Tunja, se añadían las de Santa Marta, Cartagena, Antioquía, etc.

En suma, el territorio englobaba gobernaciones y regiones muy distintas, lo que si de una parte acentuaba la diversidad, de otra favorecía la creación de una economía regional intercomunicada, a pesar de la etapa de crisis del siglo XVII y su posterior superación. M. Lucena Salmoral ha definido a Nueva Granada como “un gigantesco -territorio con una poderosa costa atlántica (especialmente la de Cartagena) donde bullía el comercio, una gran región andina (Santa Fe, Tunja, Mérida) de gran producción agropecuaria; grandes zonas subandinas, donde se centraba la producción agrícola y ganadera; y una frontera móvil sobre los llanos y las selvas…” En estos dos siglos efectivamente fue así. El proceso de creación de la Audiencia fue una coincidencia de intenciones: de un lado el Consejo de Indias deseaba instaurar una autoridad colegiada que se impusiera a los deseos de gobierno personal de conquistadores y encomenderos, y de otro el problema que supuso la no aplicación de las Leyes Nuevas en le territorio por el rechazo de sus colonizadores. Así, la Audiencia fue creada en 1550, como brazo ejecutivo del Consejo y quedó englobada teóricamente bajo el superior gobierno del virreinato del Perú, aunque las dificultades de regir tan extensos territorios a tanta distancia y los poderes del presidente santafereño como gobernado y capitán general hacían que en realidad se actuara con total autonomía.

Quito será otra región que adquirirá una importancia y particularidades notables, respecto al resto.

El reino del Perú fue durante la época de los Austrias el más esplendoroso de los que formaban la monarquía hispánica, en razón fundamentalmente de su inmensa riqueza, no solo minera, aunque la plata extraída del cerro rico de Potosí se significara como la mayor fuente de ingresos de todo el Imperio, haciendo válidas las expresiones ¡vale un Potosí! O ¡va un Perú! Sin embargo, después de auge indiscutible del siglo XVI y parte del XVII, el Perú y su economía se resistió e inició un ligero declive, paralelo al de la propia monarquía española, que se hizo evidente a fines de la centuria y que se acentuaría implacablemente en le XVIII.8
Chile. La historia política de Chile durante los siglos XVI y XVII es una constante y continuada lucha contra los araucanos, grupo indígena de gran habilidad bélica, a quienes ni siquiera los incas habían podido dominar. En 1565 la Corona creó la Audiencia de Concepción, con tareas gobernadas, administrativos, judiciales y militares, pero no resultó adecuada y a los diez años se nombró un nuevo gobernador militar. (…)

El Río de la Plata. 9

En cuanto a la economía platense hay que decir que, al carecer de minería, fueron la agricultura y la ganadería sus formas de vida porque en principio el comercio tampoco fue muy favorecido, pues interesaba más a los comerciantes sevillanos y limeños.

No obstante, como el contrabando fue muy cuantioso por el puerto de Buenos Aires y con el Brasil, se acabó instalando una aduana seca en Córdoba con precios un 50 por 100 más caros que en Potosí para impedir la introducción de productos españoles.
Brasil.

Durante el siglo y medio transcurrido entre 1550 y 1700 Brasil configuró totalmente su característica regional como territorio diferente a los hispánicos que le rodeaban. Definió su ser lusitano, su ámbito brasileño, su sociedad americana y su economía de plantación, que le convirtió en subsidiario del comercio capitalista, y todo esto lucha contra dominaciones foráneas, entre las que destacaron la española y la holandesa. En 1580 se inició la segunda etapa cuando se produjo la unión de la coronas peninsulares. Felipe II derrotó al pretendiente portugués don Antonio, prior de Crato y se proclamó Rey de Portugal, basándose sus derechos al trono (por ser hijo de Isabel de Portugal)

Los sesenta años de unión con España asentaron definitivamente el desarrollo económico brasileño, configurando sobre los tres grandes polos de Bahía (norte), Río (centro) y Sao Paulo.10
El comienzo de la crisis y la instauración de los Borbones.
En los círculos históricos se ha empezado a poner en duda la interpretación tradicional de la muerte del último rey Habsburgo de España, Carlos II (1664-1700), y la subida al trono del primer Borbón, Felipe V, como momento decisivo de la historia del mundo hispánico. La revisión a que está sometida esta tesis se fundamenta en dos argumentos, uno bastante endeble y otro más sólido. De acuerdo con el primero, sigue admitiéndose que la segunda mitad del siglo XVII fue un período de crisis económica y decadencia en general para España tanto en Europa como en América; pero la culminación de este proceso y, por tanto, el comienzo de la estabilización y recuperación relativas del país no se sitúan en 1700, sino en 1680. El segundo argumento, que quizás sea mucho más convincente, no niega que la decadencia de España tanto en Europa como en América, como la culminación de este proceso y, por tanto, el comienzo de la estabilización y recuperación, iniciada con el rey Borbón estuvo en realidad tan estructurada y organizada como la afirmada durante generaciones de comentaristas, empezando por los ministros de Carlos III (1759-1788).
Las Reformas borbónicas, son objeto de muchas dudas y preguntas por parte de los historiadores. Algunos achacan, la no concreción de las mismas en su totalidad, a las guerras destructivas del siglo XVII, las cuales privaron al Estado español de recursos muy valiosos para emprender, la tarea de optimizar las extensas estructuras del Estado español, en el siglo XVIII. Este será un tema de discusión, cuando se analicen las Reformas en si mismas.
El Reformismo Borbónicos.11
En el siglo XVIII se producen modificaciones profundas en el régimen indiano. A principios del siglo XVIII, se produce un cambio de dinastía, los Habsburgo por los Borbones. El último rey Habsburgo, Carlos II, “El Hechizado”, ha sido considerado responsable en gran medida, responsable del fracaso del Estado español. Los historiadores actuales (entre los que no se cuentan éstas expresiones de Bruschera) consideran que el crecimiento o la mejora de España en los inicios del siglo XVIII, no fue tan estructurado, como se piensa.

El cambio de dinastía, se produce por la disputa entre dos personajes, Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV y un emperador Leopoldo I de Alemania.

Felipe de Anjou tenía además posibilidades de heredar la corona francesa, de la cual la separaba Luis XIV. España había perdido su antiguo esplendor, pero no obstante esa decadencia, con sus inmensas posesiones en América, si se reunían en una sola cabeza las coronas de España y Francia, hubieran constituido un Estado o unión de Estados de tal fuerza, que de ninguna manera podía convenir a las restantes potencias europeas.

Carlos II, testamentó a favor de Felipe, pero Carlos fue reconocido como rey de España por las potencias europeas y aun por algunas regiones españolas como Aragón, Valencia y sobre todo Cataluña. El conflicto condujo a una guerra la llamada Guerra de Sucesión de España que se prologó hasta 1713. En esa fecha se firmó el tratado de Utrecht y Rastadt en 1714, por el que se reconocía a Felipe como rey de España.

La estrecha alianza de Francia y España durante la guerra y la circunstancia fundamental de ser un monarca francés por su origen y por su cultura fundamental de ser un monarca francés por su origen y por su cultura, el fundador de la nueva dinastía, determinaron en todo el correr del siglo XVIII, una gran influencia de aquella sobre ésta.

En 1761, por el pacto de familia, se estrechó la influencia de Francia sobre España en una alianza militar con Francia dirigida contra Inglaterra. Estos problemas dinásticos y relativos al mantenimiento del equilibrio europeo, tuvieron repercusiones americanas. Lo tuvo la Guerra de Sucesión que significó para Inglaterra la adquisición de Terranova y Acadia, llave del río San Lorenzo y de la región de la Bahía de Hudson, en la América del Norte, lo tuvo la guerra provocada por el Pacto de Familia, pues al firmarse el tratado de París de 1763, Inglaterra recibió la Península de la Florida canjeada por la Habana y Manila (Filipinas) ocupadas por los ingleses durante la guerra.

Francia perdió sus más importantes posesiones coloniales en América: la región del Este de Missipi (este río quedó como límite de Luisiana u Canadá). Las posesiones inglesas aumentaron de manera considerable, Francia quedaba reducida a Luisiana y algunas Islas de secundaria importancia y España entregaba la llave del golfo de México con la Florida.
Iluminismo en España.
El siglo XVIII es el siglo de “las luces”, y la poderosa conmoción ideológica que sacude a Europa, se manifestó también en España.

Se difundió la libertad comercial, supresión de las trabas feudales que obstaculizaban el desarrollo de la nueva industria de tipo capitalista. Prevención contra asociaciones y gremios, libertad de contratar, fijación de los precios como una resultante puramente económica de la ley de la oferta y la demanda. No intervencionismo estatal, trabajo como fundamento del valor y del valor y fuente de la riqueza de las naciones, “principios del liberalismo económico, hicieron su irrupción triunfal en la península”. La irrupción del libro de Adam Smith, “La Riqueza de las Naciones”, destruyó el fundamento de la riqueza propuesta por el Mercantilismo. Demostraba que el fundamento de la riqueza, se concentraba, en el trabajo del hombre y no en la acumulación de metales preciosos.

Los gobernantes, no se mantuvieron indiferentes a las sugestiones de este movimiento, sino que impresionados y conquistados por su potente lógica, ensayaron una serie de reformas económicas y administrativas, sin perjuicio de dejar intacto el absolutismo político imperante.
Absolutismo político y liberalismo económico.
Los Habsburgos, fueron desdibujando la acción de las libertades medievales. El siglo XVII, es testigo de la acentuación del Absolutismo, paralelo a lo que sucedía en otros estados. El liberalismo, que se imponía en la economía, no afectaba el campo político, donde el Absolutismo se imponía. Podemos señalar, que solo la Revolución Inglesa de 1688, estableció un gobierno de carácter liberal, debido a que el Parlamento se encargaba de limitar severamente a la monarquía, haciendo que ésta respetara las libertades tradicionales (y otras nuevas) de los ingleses.

El caso de la España del primer rey Borbón Felipe V, educado en la corte de Luis XIV, que las Cortes dejan de funcionar, que los Consejos pierden facultades, que se centraliza en una palabra se recluta gente entre los juristas burgueses. La gestación y realización práctica de las reformas económicas, tuvieron principalísima importancia las Sociedad Económicas de Amigos del País, organizadas en toda la península. La primera se fundó en Vizcaya en 1746, se multiplicaron con rapidez al extremo de que en 1804 había más de 60, la principal fue la de Madrid.

Las Sociedades dieron los primeros pasos luego el gobierno las imitó. Aparecen fábricas estatales modelos, como las de vidrio, marquetería y tapices en Madrid, las de paños finos en Guadalajara y Segovia, entre otras.

Las sociedades por estas realizaciones prácticas, fueron centros de divulgación de las nuevas corrientes ideológicas, verdaderos agentes de la difusión del pensamiento de la Enciclopedia y de las nuevas ideas económicas. La Enciclopedia estaba prohibida igual se leía.
Felipe V y el Reformismo.
Felipe V fue el primer rey borbónico, buscó la industrialización de España, fue fomentada por el Ministro Patiño, llamado el Colbert español.

Protegió las Industrias privadas y las fabricas estatales que sirvieron para el renacimiento de la Península. Se manifestó el afán Borbón de centralizar la Monarquía, por lo que se dictó la Ordenanza de Intendencia para España. La Hacienda pública (especie de ministerio de economía) buscaba controlar los gastos y el sistema de recaudación de las rentas, las contribuciones y el manejo en general escrupuloso de los dineros públicos, fueron otras de las preocupaciones de los gobernantes. Se instaura un sentido de la austeridad y la justicia. Investigar y conocer los defectos de la administración se revela en detalles como por ejemplo en la misión del estudio a Ward, ya en la administración de Fernando VI, donde se le encomendó el estudio de los sistemas administrativos de reinos como Inglaterra, Francia y Holanda. Este estudio criticará la política fiscal de España en América.

Juan Antonio de Ulloa realiza un estudio similar, denominado “Noticia Secreta”, donde se examinan con escrupulosa realidad y endereza el problema de la explotación de los indios a través de los corregimientos y encomiendas.
Carlos III y la cuestión agraria.
Carlos III y sus ministros se dan cuenta del problema agrario que presenta España. Su objetivo será colonizar interiormente la península. Reconocen como principal problema el latifundio (lati-grande, fundio tierra). La iglesia era vista como una de las principales culpables a la hora de la acumulación de tierras. El ataque a la Iglesia se le conoció como la desamortización. Después de algunos éxitos iniciales, esta profunda revolución agraria no pudo llevarse adelante, se opusieron los nobles y la burguesía, así como la Iglesia por supuesto.

El Industrialismo fue otra de las medidas tomadas. Se llevó adelante una legislación industrial y social muy importante. España conoció un avance notorio e este aspecto gracias al impulso llevado adelante por la monarquía.

Cabe la responsabilidad e iniciativa a Carlos III de expulsar a los Jesuitas de sus dominios, con los efectos que ello acarreó para América. Sin ingresar en las causas, es de señalar que el objetivo y las miras del monarca español, estuvieron centradas en controlar el territorio de manera efectiva. También se debe señalar que la justicia religiosa chocaba con la justicia del estado. Estas razones, conllevan a la expulsión de América y del resto de los dominios, de los Jesuitas.
Sin entrar a mencionar con excesivo detalle las figuras más destacadas de este movimiento reformista, más allá de los monarcas. Es conveniente tener presente algunas figuras relevantes, Campomanes y Jovellanos. Fueron grandes promotores de las nuevas ideas para el fomento de la industria y la agricultura. También se debe mencionar al Conde de Aranda, propulsor de un plan para reorganizar América, en virtud de la conmoción provocada por la revolución de las colonias norteamericanas.

Reformas en el Régimen Indiano del siglo XVIII.
¿Qué objetivo persiguió el Estado español con las reformas en el siglo XVIII en América?

Desde el punto de vista económico, las reformas buscaron superar la decadencia de España. Los estadistas españoles comprendieron que la realidad económica indiana tenía una profunda influencia sobre la economía española, sin atender a una reforma radical de la política económica del Estado español en Indias.

Desde el punto de vista político, fue un propósito tenaz de los Borbones, el de asimilar la estructura jurídica e institucional de España y de Indias, es decir, el objetivo era realizar una sólida centralización y unificación de los reinos dependientes de la corona.

Se enfrentaron a un malestar generalizado en América. Las críticas estaban destinadas contra el sistema comercial absurdo.
Reformas Político-Administrativas.
Desde el punto de vista político:
-creación en 1717 de la Secretaría del despacho universal de las Indias. El monarca asumió el control de los reinos americanos. Relegando al Consejo de Indias a funciones consultivas y de información.

-en 1787 el Ministerio de Indias se subdividió en dos sectores, una que debía conocer en los asuntos de Justicia, fuera en materia civil, criminal o eclesiástica. Tenía facultades ejecutivas, le correspondía lo referente a la Guerra, Comercio Hacienda y Navegación, pudiendo designar los funcionarios cuyos cometidos se relacionan con estos ramos. Esta nueva estructura del sistema indiano implica toda una revolución y es un índice muy elocuente de la tendencia centralizadora de la monarquía borbónica.

-Desde 1776 se establece el sistema de Intendencia. El intendente funcionario nombrado directamente por el Rey y dotado de amplias facultades, era un excelente instrumento para la consecución de ese plan, para el cual resultaba un obstáculo la amplitud de las prerrogativas que detentaban los Virreyes. Los Intendentes tendieron a debilitar el poder local de los Cabildos. Se crearon ocho Intendencias y varios gobiernos subordinados en el Río de la Plata. Las funciones de los Intendentes eran, justicia, policía, hacienda y guerra.
Desde el punto de vista judicial:

Se crearon nuevas Reales Audiencias, en Buenos Aires (1783), nuevos consulados (Buenos Aires en 1794). Anteriormente solo existían los consulados de México y Perú, esto se explica porque dichos organismos se dedicaban a cuestiones comerciales, las mismas estaban circunscriptas a estos dos centros. A fines del siglo XVIII, el Río de la Plata adquiere importancia.
Desde el punto de vista comercial:

Hacia 1778 fecha en que se promulgó el Reglamento de Libre Comercio, se aplicó en el Río de la Plata. Se habilitaron 24 puertos americanos y 13 en la península además de Mallorca y Canarias. Entre los puertos americanos se incluían Buenos Aire y Montevideo. Se estableció un nuevo sistema de impuestos aduaneros graduándolos. El Reglamento revoluciona el sistema comercial indiano.

En 1791 se promulgó el reglamento sobre le tráfico negrero de retorno podía llevarse frutos del país pagando un impuesto del 6%.

En el período de casi un siglo que va desde 1713 hasta 1795, provocaron un intenso desarrollo del comercio de España con las Indias. Se amplió el nivel de vida, se amplió el mercado de América para la colocación de las manufacturas europeas, se desarrollaron intereses económicos de las manufacturas europeas, se desarrollaron intereses económicos voluminosos en diferentes empresas comerciales.

Las guerras que se suscitaron a partir de la Revolución Francesa interrumpirán repetidas veces el comercio entre España y América.

Las primeras manifestaciones revolucionarias.
En Perú, será donde en la etapa posterior a la conquista se registre un movimiento de resistencia superior al conocido en otras regiones. No estamos mencionando el carácter violento de la rebelión, que sí lo tuvo por momentos. Pero se trató de una rebelión sostenida, donde en un principio fue violenta y luego adquirió un carácter cultural, pero siempre estuvo presente y podemos decirlo sin riesgo al error, existe una línea de continuidad entre esas primeras rebeliones inorgánicas, centradas en el recinto de Vilcabamba (1536-1572) y las posteriores generadas previo al movimiento de Independencia. Esta continuidad puede ser vista en términos simbólicos, esto quiere decir, que cuando se subleven invocaran a éstas primeras rebeliones. Cuando Vilcabamba sea controlado por los españoles, a fines del siglo XVI, surgirán otras formas de ejercer resistencia.

El Taki Onqoy o enfermedad del canto, fue detectado en 1565 en las provincias sureñas del Perú. Consistía en un ritual donde predominaba el canto, para generar la transformación de la sociedad. Quienes lo predicaban insistían en no creer en Dios, las cruces y todo lo que tuviera que ver con la religión católica. Buscaban reestablecer, el equilibrio que movía la sociedad antes de la llegada de los españoles. El mismo consistía en equilibrar lo sobrenatural con lo terrenal. Los tradicionales dioses fueron sustituidos por divinidades locales, lo que nos habla de la crisis sufrida por el Estado inca, se vuelve a las divinidades locales. En muchos aspectos el Taki Onqoy, significó el retroceso a formas primitivas de la religión andina. Su objetivo primario era dar consistencia y coherencia en la vida de los fieles que adoptaban este ritual. Se les prometía por parte de los sacerdotes que las cosechas iban a estar bien, sus negocios iban a prosperar. Cuestiones importantes, teniendo en cuenta la crisis que se produce en la mentalidad de los indígenas a la llegada de los españoles.

Huelga decir, que este movimiento, fue castigado duramente por los españoles, no solo a quienes lo practicaban, sino a quines permitían la práctica de éstos rituales.
La Rebelión de Tupac Amaru. 12
José Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru II13. Cacique de Tungasuca y Pampamarca. Mestizo con algunos puntos oscuros en su biografía, sigue siendo un personaje, no demasiado conocido y valorado por lo que representó su movimiento en las luchas hispanoamericanas.

José Gabriel se formó en un ambiente impregnado de nostalgia por el antiguo esplendor incaico y por el rechazo del dominio colonial hispano.

Las gestiones de Túpac Amaru para obtener la confirmación pública de su título de descendiente principal de los incas, evidentemente tuvieron éxito. Los motivos de la sublevación fue el malestar económico, generado por la creación del Virreinato del Río de la Plata, lo cual le impedía intermediar en el comercio que pasaba por su región.

Por otra parte, al malestar económico, se le sumaban las “cargas” que debían enfrentar los indígenas, la mita y los repartimientos. Entre 1780-81 las fuerzas de Túpac Amaru mantuvieron en vilo a las fuerzas realistas. Finalmente fue vencido y su castigo fue ejemplarizante para el resto de los que quisieran llevar adelante iguales actitudes. Su ejemplo siguió y permaneció vivo.


1 Extraído de: Manuel Lucena Salmoral, et alter. “Historia de Iberoamérica. II. Historia Moderna”. Madrid: Cátedra, 4ª edición 2008, pp. 315-319.

2 Ibíd., p.436.

3 Ibíd., p. 437.

4 Ibíd., p. 441.

5 Ibíd., p. 472.

6 Ibíd., p. 473.

7 Ibíd., p. 478.

8 Ibíd., p. 492.

9 Ibíd., p. 502.

10 Ibíd., p. 510 y ss.

11 Tomado de Oscar Bruschera, “El Reformismo en España e Indias”, cap. 1, “Reformismo en España”. Capítulo II, Reformas en el régimen Indiano del siglo XVIII.” Montevideo: la casa del Estudiante, 1957.

12 MORENO CEBRIÁN, Alfredo. “Túpac Amaru: el Caique Inca que rebeló los Andes”. España: editorial Anaya, 1988.

13 El primero fue Titu Cusi, quien se hizo llamar Tupac Amaru, luego llamado Tupac Amaru I para diferenciarlo de Condorcanqui. Titu Cusi, fue el último emperador de Vilcabamba, ejecutado en 1572.




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