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Gerónimo no puede menos que considerar que hoy se le llama servicio pero en realidad, en aquel momento y aquellos tiempos era una aventura hacia lo desconocido financiada (un tanto en secreto) por la Reina Isabel (la denominada La Católica) quien empeño algunas joyas para completar el dinero necesario para la expedición de tres frágiles bergantines o carabelas que salieron del puerto de Palos y aproximadamente 33 días después llegan a las costas de lo que hoy es la isla en donde está al Este la República Dominicana y al Oeste Haití. A partir de ese momento, a partir del 12 de octubre de 1492, las situación mundial cambiaría, pero es a partir de Abril de 1493, fecha en que Colón regresa a España y es recibido por los Reyes en la ciudad de Barcelona, que en el Viejo Continente se inician rumores, mitos y leyendas acerca del nuevo mundo descubierto por Colón. Las conversaciones giraban en torno a la ‘gran riqueza’ de las tierras descubiertas y como resultado de todas esas ‘habladurías’ se alimentaban sueños de aventura y gran fortuna. Esas ‘riquezas’ míticas y legendarias se centraban en bienes materiales, principalmente en especias y por supuesto, en los metales preciosos y joyas que se decían había en gran abundancia en estos territorios. Leyendas que tenían más de expectativas que de realidad, poco se mencionaba sobre otras riquezas como tierras y las posibilidades de un mejor futuro para la ‘gente trabajadora’. El ‘sabor’ de lo desconocido era proporcionado con tintes de abundancia y fortuna sin paralelo para los ‘afortunados’, para los viajeros, para los arriesgados. . Todo un mundo de posibilidades y fabulosas expectativas se abrían para los ‘aventureros’. Sin embargo, como podemos suponer, el desconocimiento del Nuevo Mundo era enorme. Quizá el mismo Cristóbal Colón sabría que muchos años antes, los vikingos (comandados por Leif Erickson) ya habían llegado hasta lo que hoy se conoce como la Península de Labrador, la isla de Terranova, y la Nueva Escocia a las que denominaron respectivamente, Hellulandia, Marklandia y Vinlandia, incluso tal vez estaba enterado que Thorfinn Karlsefne junto con 160 hombres llegó hasta Vinlandia en el año 986, donde se aposentó por tres años. Igual y no lo sabía, pero es un hecho que Colón buscaba una ruta alternativa hacia el Oriente (hacia Las Indias) y creyó que la había encontrado, sin saber que era un Nuevo Continente y no Cipango (Japón) que era su objetivo. Todo este rollo tiene como origen que el Imperio Otomano, es decir, los turcos, cuando cerraron al mundo occidental las rutas comerciales de los europeos por el Mar Mediterráneo. Los avances científicos de la época que podríamos considerar más importantes en este caso, fueron la introducción de la brújula y del astrolabio en la navegación. Suponemos que todo mundo sabe que es la brújula, mas no todos sabrán lo que es el astrolabio, por lo que Gerónimo se los explicará con mucho gusto: el astrolabio es un instrumento que se supone inventó Hiparco de Nicea unos 150 años antes del nacimiento de Cristo y es utilizado para ‘ver’ la posición de las estrellas sobre la bóveda celeste; fue sustituido como instrumento de navegación por el sextante, que es otro instrumento diseñado para medir ángulos entre dos objetos, como por ejemplo entre la costa y el horizonte, o el Sol y el horizonte. Como decíamos antes de esta cápsula de información marítima, el uso de la brújula y el astrolabio permitían a los marineros salir con mayor seguridad a la ‘alta mar’ calculando la latitud en la que se encuentra quien lo utiliza. Colón conocía estos instrumentos y los sabía utilizar con gran precisión. Aunado a estos conocimientos, Colón fue uno de los que había rescatado del olvido la teoría de Ptolomeo en relación a la redondez de la tierra afirmando además, que el mundo conocido hasta ese entonces correspondía únicamente a la mitad de la esfera terrestre. El florentino Paolo del Pozzo Toscanelli elaboró en 1474 su Tabla Oceánica, (que fue conocida y utilizada por Colón como apoyo a sus argumentaciones) pero en la que había una exageración en las dimensiones de los continentes conocidos y de las distancias que los separaba. Mientras los continentes se presentaban con superficies mayores de las reales, las distancias eran con mucho menores a las existentes dando como resultado el doble concepto de que se podría navegar en línea recta y de que las famosas y buscadas Indias no estaban tan lejos como se podría imaginar. Aunque muchas de estas apreciaciones eran erróneas, los marineros tenían más confianza en atreverse a realizar viajes largos por rutas fuera de las conocidas, aventurándose, valga la redundancia, rumbo a lo desconocido. Los portugueses fueron los primeros en iniciar viajes de exploración por rutas nuevas, apoyándose en esos instrumentos y teorías de navegación. Es en este contexto que Cristóbal Colón, estudioso y conocedor de las matemáticas y la geografía, conocedor asimismo de la Tabla Oceánica de Toscanelli, lector de los Viajes de Marco Polo, y de otras obras geográficas relevantes en su tiempo que son las que le conducen a madurar un proyecto de llegar a Las Indias atravesando el océano Atlántico en vez de seguir las antiguas rutas conocidas ahora bloqueadas por los turcos. Su proyecto fue ofrecido a Génova y a Portugal en 1483 y a Inglaterra en 1484 en donde por una u otra razón es rechazado. Decide entonces entregarlo en España a las Universidades de Córdoba y Salamanca para su estudio y recomendación, pero aquí también su proyecto es rechazado por considerarse con poco fundamento y débil argumentación. Colón no se da por vencido y programa viajar a Francia en el año 1485 para ofrecer sus servicios y el proyecto al Rey francés. Mientras estos eventos ocurrían, en una alborotada provincia española, en Extremadura, concretamente, en Medellín, una pareja de ‘hidalgos’ tuvieron el que sería su único hijo, destinado a grandes aventuras y logros en el Nuevo Mundo en proceso de descubrirse. El futuro Conquistador del Imperio Mexica, hijo de Martín Cortés y de Catalina Pizarro Altamirano, recibió por nombre el de Hernán (o Hernando como se usaba en esa época), resultado primo segundo del futuro Conquistador del Imperio Inca Francisco Pizarro quien por aquellas fechas contaba con 9 años. Un año antes, en 1484 en Sevilla nacía un varón que andando el tiempo abrazaría la vida religiosa en la orden de los dominicos con el nombre de Bartolomé de las Casas y llegaría a Cuba en 1512 como Capellán de Pánfilo de Narváez. Y en Segovia, un joven de 20 años, nacido en Cuellar en 1465, de nombre Diego Velázquez estaba realizando una brillante carrera militar que andando el tiempo le conduciría ser el conquistador y primer Gobernador de Cuba. Todos ellos independientes de los demás, iniciarían un recorrido por la vida que los llevaría al Nuevo Mundo en donde sus destinos se unirían inexorablemente. Al llegar a Huelva, Andalucía, Colón se detiene a pasar la noche en el Monasterio de la Rábida, en donde se encuentra con los frailes franciscanos Juan Pérez y Antonio de Marchena quienes le ofrecen presentar su proyecto directamente a la Reina Isabel a través de su confesor Fray Hernando de Talavera y solicitar su ayuda. No muy convencido, Colón accede; Talavera presenta el proyecto a la Reina y se le dice que espere a la terminación de otras venturas prioritarias para el reino; Colón se desespera. La razón de su poco entusiasmo, además de las negativas recibidas por otros reyes, era la situación del Reino de Castilla y Aragón, cuya economía estaba severamente comprometida por la guerra morisca, la inminente expulsión de los judíos y los jesuitas y otras empresas en la que los Reyes Católicos habían gastado gran parte de sus recursos económicos, en su intento de consolidar su reino y crear una España unificada, bajo su reinado, por supuesto. Además poco después, se agregaría el hecho de que la Reina consideraba muy exageradas las peticiones de Colón a las que se calificaron de ‘desmedidas’ por lo que la mera presentación del proyecto toma varios años. Las fechas que consigna la historia de esos tiempo turbulentos nos indican que el 2 de Enero de 1492, se recaptura Granada del dominio de los moros, la reina había indicado a Talavera la necesidad de esperar a que terminara la guerra contra los moros antes de poder considerar el proyecto; el 30 de marzo, se firma el decreto que expulsa a los judíos de España, y no es sino hasta el 17 de Abril en que Fray Juan Pérez en representación de Colón y Juan de Coloma, Secretario de la Reina firman el convenio para el que sería primer viaje hacia Las Indias. Este convenio es conocido como las Capitulaciones de Santa Fe a favor de Cristóforo Colombo. Como decíamos, este convenio fue perseguido por Colón durante largo tiempo y gracias a la intervención del fraile Antonio de Marchena (que era gran amigo del confesor de la Reina Fray Hernando de Talavera) se logra llegar al acuerdo 8 años después. La historia tradicional ha hecho mucho énfasis en que la Reina ‘empeñó’ algunas joyas secretamente para ayudar a Colón, lo cual es hasta cierto punto cierto y meritorio, pero poco dice sobre el hecho de que el mismo Colón recurrió a préstamos con mercaderes de dinero italianos y alemanes ya que en su planteamiento original solicitaba el financiamiento total de la expedición, habiendo sido esa postulación la que hizo que se consideraran desmedidas sus pretensiones. Colón accedió a reducir sus requerimientos comprometiéndose a financiar parte del proyecto, con lo cual ya fue considerado y con esa participación –olvidada por los historiadores- finalmente aprobado. La Reina obtuvo los fondos recurriendo a Luis de Santángel y a Francisco Pinello garantizándolas con algunas joyas de su propiedad; Colón, que no tenía más capital que su fe y determinación, por su parte recurrió a los genoveses Jacobo de Negro, Donato Capatel, Luis Dorio y al florentino Gianetto Berardi (socio, amigo y protector de Américo Vespucio). (hoy se diría que fue una empresa hispano-italiana). Convenio que fue ratificado el 30 de abril con el documento conocido como “Privilegios y prerrogativas concedidas por sus Majestades Católicas a Cristóbal Colón: 1492”. En resumen, nos indica Gerónimo, Colón obtuvo las siguientes prebendas: .- El título de Almirante de todas las tierras que descubriese o ganase en la Mar Oceana, con carácter hereditario y con el mismo rango que el Almirante de Castilla. .- El título de Virrey y Gobernador General en todas las islas o tierra firme que descubriera o ganara en dichos mares, recibiendo el derecho de proponer ternas para el gobierno de cada una de ellas. .- el diezmo (o diez por ciento) del producto neto de la mercancía comprada, ganada, hallada o trocada dentro de los límites del Almirantazgo, quedando un quinto (el quinto real) para la corona. .- La jurisdicción comercial de los pleitos derivados del comercio en la zona de su Almirantazgo, según correspondiese a tal oficio. .- El derecho a contribuir con un octavo de la expedición y participar de las ganancias en la misma proporción. Se determinó el Puerto de Palos de Moguer como punto de partida y la fecha fue fijada para el 3 de agosto de 1492. Una vez revisadas y firmadas esas Capitulaciones, concediéndole de inmediato a Colón el título de Don y haciendo hereditario el titulo de Virrey, se despacharon diversas cédulas reales para la organización del viaje. Colón sería Capitán Mayor de la Armada, constituida por tres navíos. |
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