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![]() ![]() FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN. PEDAGOGIA DE ENSEÑANZA MEDIA EN HISTORIA Y GEOGRAFÍA. FUNDAMENTOS DE LAS CIENCIAS SOCIALES II. Papper Profesor : Violeta Montero Barriga. Asignatura : Fundamentos de las ciencias sociales II Alumno(a) : Evelyn Opazo Chabur. Sección : Nº 2 Fecha : Jueves, 8 de agosto de 2011 Evelyn Opazo Chabur Universidad San Sebastián, Concepción, Chile. NATURALEZA POLÍTICA DEL HOMBRE: UNA MIRADA A LAS CONCEPCIONES CLÁSICAS. Resumen: El presente artículo analiza la naturaleza política del hombre y como esta se refleja, en el poder de la autoridad, hacia la sociedad civil. Para realizar este análisis, se recurrió al método de revisión bibliográfica, desde autores filosóficos políticos clásicos como Aristóteles, hasta los más adelantados como Thomas Hobbes, John Locke, Jean Jacques Rousseau hasta Nicolás Maquiavelo. A partir de esta revisión, se presentaran conclusiones en torno a las concepciones clásicas de la naturaleza política del hombre, dando a conocer como se producen las sociedades entre los hombres como una necesidad de convivencia y cómo esta necesidad está unida a la política, por naturaleza. Palabras claves: Estado, Naturaleza política del hombre, poder, sociedad civil. Introducción: Este artículo pretende avanzar hacia la comprensión de una naturaleza política del hombre, creyendo que los diferentes Estados actuales no nacieron porque sí, sino que por algo en especial. Por una necesidad del ser humano de vivir en una sociedad. Para ello se recurrirá a la revisión bibliográfica de clásicos pensadores de la filosofía política tales como Rousseau, Locke, Hobbes, Santo Tomás de Aquino, Grocio y Maquiavelo. Como también escritores actuales de teoría política; Sabine, Ocariz, Fuentes y Finley, para llegar con ellos a una matización de los contenidos en conjunto con los escritores clásicos. Dentro del presente trabajo se pueden encontrar básicas respuestas a la pregunta: si en realidad el hombre tiene la esencia política natural y si en realidad, esta naturaleza política del hombre, tiene alguna influencia en el estado frente a la sociedad civil. ___________________________________________________________ Algunas veces nos preguntamos cuál es la razón de los actos que son desarrollados por nosotros; los seres humanos. Con esto, me quiero detener en la Naturaleza política del hombre y cómo esta naturaleza interviene en las decisiones de relaciones políticas de una sociedad hecha por seres humanos racionales. Esta naturaleza política, está siempre entrelazada con la política ya que es obra del mismo hombre. La necesidad del ser humano por reunirse con otros hombres, en una sociedad, es porque el ser humano es un primate, y al igual que todos los animales del mundo, tiene que adaptarse a las condiciones de vida de la tierra, y para ello, necesita descubrir e inventar formas y medios para convivir con los demás y a esto se le llama «organización política y social». Para ello se necesita del conocimiento de la política, formándose la investigación disciplinada de los problemas políticos que se comienza a dar desde el siglo V en Grecia (Sabine, 1994). Estas primeras nociones de la naturaleza política del hombre, fueron de interés para Aristóteles, señalando que la “ciudad es una de las cosas que existen por naturaleza, y que el hombre es por naturaleza un animal político (…)” (Aristóteles, 1992; 9). Para Hugo Grocio la necesidad de la vida en sociedad obedece, tanto a unos fundamentos físicos, como a un sentimiento de benevolencia de unos a otros, todo ello enraizado en la propia naturaleza humana que por su intrínseca racionalidad. Para él, el Estado nace de la libre elección de los hombres y su autoridad proviene del contrato por el cual los ciudadanos se comprometen a reconocérsela, para poder explicar la existencia de obligaciones morales hacia el pueblo (Ocariz, 1988). Por lo tanto, como primer punto, para ellos “la teoría política (…), era, básicamente la reflexión sobre la naturaleza de la polis” (Finley, 1989; 34) siendo de esta forma una reflexión de sus mismos actos como seres humanos puesto que “situaron la fuente de la autoridad, en la polis, en la comunidad misma, y solventaron los negocios políticos con discusiones públicas, finalmente con votaciones, mediante el recuento de los individuos” (Finley, 1989; 48). Lo que quiere decir esto, como bien lo señala Locke es que “la soberanía no reside en el Estado sino que en la ciudadanía” porque cada hombre es bueno e igual a todos los demás, por lo tanto, tiene cómo poder gobernarse, entonces “el Estado es supremo sólo si respeta la ley natural” ya que cada hombre tiene la facultad castigar a otro por ser todos iguales y por poseer la misma libertad (Locke, 1994). Unos de los pensadores que expuso a cerca de la organización política, fue Santo Tomas de Aquino quien “considera que la necesidad de organización política no es consecuencia del pecado, sino (…) de algo connatural al hombre. La comunidad domestica, siendo necesaria, no es suficiente para el hombre: precisa de una más amplia, que le proporcione seguridad, orden jurídica y donde pueden realizarse plenamente sus capacidades materiales y espirituales” (Ocariz, 1988). Para el renacentista, Nicolás Maquiavelo, el Estado tenía que tener a un gran príncipe en la cúspide, que contempla a toda actividad humana. Para él, la variable política siempre es el poder, entendido por tal capacidad de obligar a otros a la obediencia, y el enfoque adecuado para el estudio y praxis política, el de la más estricta amoralidad, rechazando cualquier norma de carácter ético, en razón para la eficacia. El príncipe tiene que rechazar cualquier consideración del tipo moral ya que lo único importante es la eficacia, utilizando al pueblo como su mejor aliado por ser fácil de manipular. Para que el pueblo no se corrompa, es necesaria una censura estricta en su comportamiento moral y darle una educación cívica y de amor a la patria (Maquiavelo, 1532). El autor de Leviatán, Thomas Hobbes, argumenta que de por sí el ser humano no es bueno, sino que es egoísta y altanero, manteniéndose en una guerra constante por sus tres causas principales de disensión: 1) La competencia (para adquirir ganancias); 2) la desconfianza (para lograr la seguridad); y, 3) la gloria (para adquisición de reputación). Cada uno usa la violencia para distintos fines (Hobbes, 1651). Pero para poder parar con la guerra de todos contra todos, surge un contrato social, el cual está destinado a dar la paz hacia las sociedades humanas siendo protegida por un soberano absoluto; el Estado. Jean Jacques Rousseau, hace referencia al mismo contrato social, pero la sociedad civil; el pueblo (ciudadanos), que son los participantes de la autoridad soberana, pierden su derecho ilimitado a todo cuando les apetece, pero ganan, la libertad civil que les hace dueños de sí mismos y les garantiza contra toda dependencia personal (Rousseau, 1762). La política, para Hobbes, surge entre los hombres y se establece como una relación. Con esta afirmación Hannah Arendt, está de acuerdo. Por lo tanto, el Zoon Politikon de Aristóteles, poco significa, si lo político en realidad no pertenece a la esencia del hombre, sino que es a-político porque la política nace en el Entre-los-hombres, por lo tanto completamente fuera del hombre (Fuentes, 2009). A partir de lo desarrollado, se puede concluir que la naturaleza política del hombre, sí influenció en toma de decisiones del poder o de la autoridad hacia la sociedad civil. Rousseau y Locke, estaban de acuerdo con la naturaleza política del hombre, como deseos racionales, los cuales los llevaban a unirse en sociedad para satisfacer sus deseos, o también, para llegar al bien común de la sociedad como un todo. Tal como lo señala Santo Tomás de Aquino, que la necesidad de organización política, no es producto del pecado, sino que es algo connatural del hombre en la cual pueda desarrollar todas sus capacidades espirituales y materiales. Pero como bien lo menciona Aristóteles –a pesar que Arendt debate esta frase- el ser humano es un Zoon politikon porque sin hombres no hay sociedad, y sin sociedad, los hombres se ven en un estado natural. Bibliografía.
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